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El exceso de trabajo y la falta de estímulos aboca a los médicos británicos al uso de drogas y alcohol

Isabel Ferrer

Uno de cada 12 médicos de cabecera bebe demasiado o abusa de alguna droga en el Reino Unido. El agobio producido por los rigores de su trabajo aboca a otros a la depresión. Los intentos de suicidio también han aumentado, sobre todo entre los más jóvenes. La conferencia anual de la Sociedad Británica de Medicina, donde se han hecho públicos estos datos, ha pedido al Gobierno que ponga en marcha un servicio telefónico permanente para ayudar a los profesionales aquejados de estrés.Los representantes de los médicos señalan el exceso de trabajo, la falta de estímulos laborales y los bajos salarios como causas del problema. Si el Ministerio de Sanidad no accede a sus peticiones, la propia sociedad médica destinará cerca de 60 millones de pesetas a la apertura de la línea de teléfono de auxilio. Una propuesta similar fue rechazada en 1994 por considerarse demasiado cara. Si el programa de ayuda llegara a cubrir todo el país, los costes ascenderían a 800 millones de pesetas.

Este año, la sociedad ha escuchado relatos desesperados protagonizados por médicos con dos o tres años de experiencia. En otros, profesionales veteranos han revelado la reclusión de problemas en centros psiquiátricos, porque se habían convertido en una sombra de sí mismos. Uno de ellos abandonó una consulta llena de pacientes al faltarle ánimos para atenderles.

Una mujer médico reveló su intento de suicidio durante las prácticas hospitalarias. Decidió ingerir todas las medicinas de su maletín cuando ya no pudo soportar el insomnio, la fatiga y los sentimientos de culpa. Su matrimonio, además, acabó rompiéndose. Su vida, dijo luego, se había reducido a trabajar y trabajar.

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