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Polémica veraniega en Alemania sobre la venta de hachís en las farmacias

La propuesta de la ministra de Salud del Estado federado de Schleswig-Holsteln, la socialdemócrata Heide Moser (SPD), de facilitar la venta de hachís y marihuana en las farmacias cayó como una bomba en medio del agujero veraniego, como se denomina en la jerga periodística alemana al periodo estival de penuria informativa.Fue como si tocasen a rebato. Apenas se difundió la propuesta de la ministra de ese Estado, a quien de forma irónica en Bonn se denomina el polo norte, la prensa amarilla puso el grito en el cielo. "El extranjero, contra los planes ministeriales. ¡Nada de hachís en nuestras farmacias!", titulaba escandalizado el mayor periódico del continente, Bild Zeitung, en sus 4,4 millones de ejemplares.

Políticos de diferentes colores se han pronunciado ya sobre el tema, expertos han emitido opiniones más o menos sesudas y sindicatos de policías no han dejado pasar la ocasión del peligro que supone que el mismísimo Estado se pueda convertir en camello.

Los farmacéuticos, gente de orden, se pronunciaron enseguida a través de sus organizaciones gremiales en contra del plan. Con ello dieron la razón a Hans-Georg Behr, experto en hachís de Hamburgo, quien criticó en términos contundentes la propuesta de vender la droga en las farmacias por considerarlas lugar inadecuado. Según Behr, citado en el diario izquierdista de Berlín Die Tageszeitung, la botica es un lugar tan apropiado para la venta del hachís "como un erizo para limpiarse el culo". Ni más ni menos. Para Behr, el lugar para la venta de droga es, como su propio nombre indica, la droguería.

Posturas divididas

A la hora de tomar postura, las opiniones se dividen incluso dentro de cada partido. El presidente de Gobierno de Baja Sajonia, el socialdemócrata Gerhard Schröder (SPD), se pronunció contra el plan, que había sido acogido con benevolencia por e ministro de Asuntos Sociales d su propio Estado. Schröder, que aspira un día a convertirse e canciller de Alemania, sabe qu el tema es delicado y difícil de digerir por la opinión pública Para Schröder, el Estado no debe de ningún modo facilitar el acceso a las drogas, sino dificultarlo

Algo ha conseguido sin la menor duda la propuesta de la ministra de Schleswig-Holstein Ante todo, sacudir de la modorra veraniega a la República de Bonn, que se aburría con el árido asunto de los recortes presupuestarios. Por añadidura, plantea el tema de la postura del Estado ante la droga.

Todo ello obliga a debatir la diferencia entre drogas duras blandas, considerar la posibilidad de la despenalización par quitarles el comercio a los narcotraficantes, discutir si el hachís e una droga que introduce en dependencia o es inofensiva, y ver si el Estado asume el papel d distribuidor y garante de la buena calidad de la mercancía.

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