González aborda hoy con la ejecutiva del PSOE el calendario electoral y su propia candidatura
Felipe González y Jordi Pujol volverán a entrevistarse antes del 17 de julio, la fecha en la que CiU hará balance de sus dos años de apoyo al Gobierno del PSOE y decidirá si ha llegado la hora de la ruptura. Hasta ese día, será la ejecutiva federal del PSOE, que se reúne hoy en Madrid, la que hará los primeros movimientos. Los socialistas tienen previsto abrir el debate sobre la negociación presupuestaria y los pactos con CiU, el calendario electoral y, probablemente, la propia candidatura de González. Cualificados dirigentes del PSOE creen que de la reunión saldrá un horizonte definido para la legislatura.
La reunión de la ejecutiva, prevista inicialmente para que González informara sobre la remodelación del Gobierno, tendrá mayor alcance. El jefe del Ejecutivo no se limitará a explicar la minicrisis, que ha disgustado a la mayoría del partido, sino que hablará del futuro de la legislatura y de la negociación presupuestaria en el marco del análisis que ofrecerá sobre la situación política.Fuentes gubernamentales creen probable que González tantee la opinión de la dirección del PSOE sobre la posibilidad de que él u otro dirigente encabecen la candidatura. González ha expresado sus dudas sobre la conveniencia de volver a ser cartel electoral en diversas entrevistas con dirigentes políticos, como Jordi Pujol.
El líder socialista se ha limitado a ofrecer su disponibilidad ante la dirección del PSOE, pero esta vez podría tratar de reclamar opiniones más comprometidas. El nuevo ministro de Administraciones Públicas, Joan Lerma, declaró ayer a Radio Nacional que "no habrá, en la reunión de la ejecutiva de hoy, una designación por parte de González ni creo que se vaya a tomar una decisión en este sentido", pero añadió: "Tendremos un poco más claro si Felipe González quiere ser candidato o no".
González, celoso de guardar las formas, se negó el martes a utilizar el debate parlamentario sobre la presidencia española de la UE para hacer la menor referencia electoral pese a las presiones de los nacionalistas catalanes. El presidente envió un aviso previo al portavoz de CiU, Joaquim Molins, anunciándole que no respondería a su demanda en el Parlamento. Hoy abordará el tema en el ámbito que cree más adecuado: ante el núcleo dirigente del PSOE.
Un argumento decisivo
El argumento de González y su entorno inmediato es que España se juega mucho con su presidencia de la UE. Este argumento va a ser decisivo para establecer las condiciones de acceso a la moneda única y de esas condiciones dependerá que España forme parte o no del núcleo de la UE, según las fuentes consultadas. Con esta tarea por delante, el Gobierno aspira a que la oposición le dé una tregua para convocar las elecciones en 1996.
En principio, el compromiso firmado en febrero por los socialistas con CiU se extiende hasta el 31 de diciembre de 1995. Pero un sector del PSOE defiende la necesidad de, que medie un acuerdo presupuestario con CiU para 1996, aún suponiendo que las elecciones se convoquen para la primavera, como parece probable. Este sector cree que González debe garantizar a Pujol un calendario electoral a cambio de que el presidente de la Generalitat asuma un compromiso presupuestario.
La reunión que ambos mantendrán antes del 17 de julio, según las fuentes consultadas, será el momento adecuado para intentar ese pacto. En la entrevista anterior, el 24 de junio en La Moncloa, ambos se limitaron a exponer estas cuestiones.
No obstante, los nacionalistas catalanes se mantienen en sus tesis divergentes de las del Gobierno. El diputado de CiU Josep López de Lerma reiteró ayer que los presupuestos deben ser menos restrictivos que los planteados por el Gobierno y no deben eliminarse las subvenciones a empresas ni recortar gastos sociales. Los socialistas opinan que el acuerdo depende menos de estas diferencias, soslayables, que de la voluntad política de CiU. De hecho, el pacto firmado en febrero entre PSOE y CiU fijaba una reducción del déficit del 4,4%, que es la que contemplan los presupuestos que está elaborando el Gobierno.
Los guerristas coinciden con la mayoría del partido en la voluntad de ampliar el pacto presupuestario con CiU para 1996. Incluso, representantes del sector mayoritario coinciden con los guerristas en sus críticas al reducido alcance del cambio de Gobierno.
Así se puso de manifiesto en la cena celebrada en Toledo el lunes, con motivo de la toma de posesión de José Bono como presidente de Castilla La Mancha. Bono y los ministros Alfredo Pérez Rubalcaba y Juan Alberto Belloch coincidieron en sus críticas con el secretario de política institucional del PSOE, Txiki Benegas, más próximo a Guerra.
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