Periodistas y técnicos se enfrentan en el final de la huelga de la TV francesa
Chirac salva una situación delicada sin intervenir oficialmente
Una huelga de ocho días en la radio y televisión francesas finalizó ayer con un fiasco para los sindicatos. Los técnicos y administrativos de las citadas empresas del sector audiovisual, después de un progresivo enfrentamiento con los periodistas del medio, han aceptado finalmente un aumento salarial del 1,7% en vez del 4% reclamado desde el principio. Y las empresas sólo les abonarán la retribución correspondiente a dos de los ocho días en que han permanecido en huelga.
La solidaridad entre técnicos y administrativos por un lado y periodistas por otro fue de breve duración. En anteriores ocasiones los periodistas no obtuvieron un respaldo mayoritario de los demás sectores, que consideraban que existían diferencias salariales injustificadas.Los informativos han sido el principal campo de batalla de esta huelga, ya que el resto del tiempo de emisión se cubrió con programas enlatados o de producción externa. La asamblea de periodistas votó que no habría informativos, pero el, jefe de los mismos, Jean Luc Mano, y el director de la empresa decidieron sacar un servicio mínimo de 10 minutos a partir del jueves. Los técnicos les criticaron, pero los espacios informativos salieron al aire, principalmente porque el grado de computerización alcanzado exige una intervención mínima de personal técnico.
Los enfrentamientos tienen también cierto contenido político. Una de las peticiones de los huelguistas consistía en obtener medios para "asegurar un servicio público de calidad".
Los periodistas ven también con malos ojos la utilización que, según ellos, se hace de los distintos canales. Jean-Pierre Elkabbach, actual presidente de France 2 y France 3, supo realizar en el transcurso de la pasada campaña presidencial un auténtico juego de virtuosismo del equilibrio político. Él había sido nombrado por el anterior primer ministro, Edouard Balladur, pero también grabó para la posteridad varias horas de entrevistas con Mitterrand que se consideran como el testamento político del ex presidente. Luego, cuando se aproximaron las elecciones, fue el primero en comprender que Chirac era el caballo ganador. En plena campaña electoral, la televisión pública silenció los escándalos inmobiliarios relacionados con el ayuntamiento de París, que hubiesen podido perjudicar a Chirac y que después han hecho tanto daño a Jean Tiberi, su sucesor en la alcaldía.
Además de la batalla en los programas informativos, los huelguistas han presionado también con la posibilidad de impedir el comienzo de las retransmisiones del Tour.
El Tour
Pero la división de la televisión y la radio públicas en diferentes empresas -producción, distribución, medios técnicos- permitió que el pasado jueves marchasen hacia Saint Brieuc, punto de arranque del Tour, los camiones de la SFP (cámaras y realización) y los de la TDF (enlaces). Era el primer signo de que la huelga estaba abocada al fracaso. Además, la actitud de los trabajadores en cada una de las empresas fue diferente. Elkabbach les dijo que tomaran conciencia de lo que podría suponer que la retransmisión fuera realizada por la privada TF1.
Ese mismo jueves, el sindicato Force Ouvrière (FO) comenzó a proponer la vuelta al trabajo. Oficialmente de orientación socialista, aunque reclama cierta independencia, FO es el único sindicato obrero que ve con buenos ojos los planes económicos del Gobierno y que se ha mostrado satisfecho tras entrevistarse cori Chirac para escuchar proyectos para la economía de Francia.
Oficialmente, el presidente de la República no ha intervenido para detener esta huelga, pero se ha dado la coincidencia de que ha recibido a los sindicatos en paralelo con un conflicto tan visible para el ciudadano como ha sido dejar las pantallas, a ciertas horas, sólo con letreros.
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