Divertido y horrible
Los hinchas del Valencia llegaron a las 5.30 horas mojados y decepcionados
"Entre divertido y horrible". Con estas palabras definía Carlos Cáceres, un joven de 22 años estudiante de Imagen y Sonido, la peregrinación copera de del sábado a su llegada al Mestalla, a las 5.30 de la madrugada del domingo. Como él, otros 40.000 valencianos hurtaron horas de sueño a la noche y quemaron 800 kilómetros de carretera en busca de un trofeo para su equipo. No todos podrán repetir el viaje. Algunos de los seguidores que viajaron hasta Madrid estaban pletóricos a su regreso y se mostraban confiados tras la remontada. "Nos curamos el resfriado y volvemos a rematar la faena", decían. A otros, como Joaquín Ortiz, de 19 años, el aplazamiento les supo a derrota postergada. Joaquín, que hace la mili en Alicante, tuvo que cambiar una guardia para acudir a la cita. "Aunque pudiera no volvería a ver lo que queda de partido" afirma tiritando de frío y restregándose los ojos en un vano intento de despejarse. No confía mucho en la suerte del Valencia: "Imagínate hacerte 400 kilómetros, ver 10 minutos de partido, que nos metan un gol y, ¡hala!, todos a casa. La cara que se me quedaría no se me iría en un mes".La juventud fue numerosa en el Santiago Bernaéu, y más aún entre los que escogieron el autobús como medio de transporte. "Qué va, hombre, la juventud está aquí dentro" espeta golpeándose el pecho Tomás Roig, un jubilado de 61 años, el más veterano de los miembros de su expedición y una de las pocas personas mayores de 25 años que se podían ver en los alrededores del estadio. Los jóvenes que compartieron autocar con él lo jaleaban y despedían con familiaridad. Entre ellos, su nieto Joan, de 14 años, fiel garante de la tradición valencianista en la familia. Con el pecho al aire, Joan explica entre bromas de sus amigos acerca de su complexión poco atlética, el aguacero del Bernabéu. "Vaya cloaca de estadio, y vaya descontrol de ciudad". Se había llevado dos mudas, para cambiarse después del partido; "para no hacer el viaje sudado", apunta con un mohín de resignación. Al final le tuvo que dejar su camiseta a una amiga. "No íbamos a dar un espectáculo gratis" explica la chica. Todos se preguntaban si les servía la entrada del sábado.En Madrid, la plantilla del Valencia decidió cambiarse de hotel y esperar la reanudación del partido. Hoy se entrenarán en las instalaciones de la Ciudad Deportiva del Madrid para preparar los 11 minutos que pueden cambiar su destino.
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