Rafael Borrás: "Adolfo Suárez debería escribir sus memorias"
El anterior director literario de Planeta explica sus problemas con la censura
Las peores memorias siempre son, afirma Rafael Borrás, las de un político "en expectativa de destino". Y lo dice después de haber dirigido durante años la colección que ha incluido mayor número de memorias de políticos españoles vivos: Espejo de España, en Planeta. Borrás, que acaba de fichar por la editorial Plaza y Janés, es el hombre que contrató y publicó las memorias de José Antonio Girón de Velasco, Manuel Fraga y Santiago Carrillo, entre otros. Entre los libros que lamenta no haber publicado están las memorias de Adolfo Suárez: "No sé si existen, pero si no las ha escrito, debería hacerlo, aunque no permita su publicación hasta dentro de 25 años".
El mirlo blanco de la colección Espejo de España es el libro 'Mis conversaciones privadas con Franco', una inesperada visión crítica del anterior jefe del Estado. escrita por su primo, el general Francisco Franco Salgado Araujo. La familia directa del dictador retiró la palabra a la viuda de Salgado Araujo.Borrás entró en Planeta en 1973, procedente de una pequeña editorial: Nauta. Bajo el brazo llevaba la propue9ta de revisar la historia de España de 1931 en adelante. Hasta el momento, ese periodo era tabú, salvo para formular exégesis de la cruzada. Borrás recuerda que uno de los volúmenes aparecidos en Nauta y escrito por José Luis Vila-San Juan estuvo sin distribuirse desde diciembre de 1971 a mayo de 1972 ya que la censura amenazaba con secuestrar el libro si era distribuido. Finalmente se logró que llegara a las librerías, pero hubo que cambiar el título de un capítulo: Los dos grandes condenados: Miguel Hernández y Julián Besteiro. Hubo que suprimir "los" y "grandes".
Doble versión
Nacido en Barcelona el 12 de diciembre de 1935, Borrás cree que explicar estas cosas hoy es provocar la incredulidad entre los más jóvenes. En su casa se guardan abundantes ejemplares con doble versión: la pensada por autor y editores, y la impuesta por la censura. Uno de ellos, relativamente reciente, es el libro de Eduardo de Guzmán La Segunda República fue así, al que hubo que añadir una faja blanca porque el diseñador había reproducido en la portada la bandera republicana. Era el mes de febrero de 1977. El presidente del Gobierno se llamaba Adolfo Suárez. No era la primera vez que Suárez se cruzaba en la vida de Borrás. Años antes, él mismo ha bía publicado un libro: Los que no hicimos la guerra. Era el testimonio de gentes de su generación. El texto dio pie a un capítulo piloto para la televisión en el que Borrás se cuidó muy mucho de hablar de aquellos entrevista dos en su libro que eran de derechas y silenciar a los de izquierdas. El entonces director general de TVE vio el capítulo y quedó encantado. Demasiado. Quiso ver el libro que había dado pie a aquello. Se le envió y de la serie nunca más se supo.
Borrás fue formalmente despedido de Planeta. Un despido reconocido por la empresa como improcedente. José Manuel Lara, amigo personal de Borrás y que no fue informado del despido hasta que estuvo consumado, afirmó que la indemnización rondó los cien millones de pesetas. Borrás no quiso precisar la cuantía y se limitó a replicar que Lara "siempre exagera".
Rehuye cualquier tipo de crítica a su antigua editorial. "Es el pasado y no voy a dormirme en él", afirma. Pero distingue entre Lara -el padre- y los actuales dirigentes de la empresa Borrás, que tiene un sinfín de notas de su vida editorial, embrión de unas posibles memorias, responde así a la pregunta de si, una vez redactadas, optaría al Premio Espejo de España: "Si cuando las termine sigue existiendo el premio, podría presentarme, pero no. Seguro que no lo haré".
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