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Entrevista:

"Ginebra, vermú' seco y licor de madroño, un cóctel madrileño"

Toma un aguardiente norteamericano destilado de maíz. Un bourbon, el alcohol que más le gusta junto con el ron. Precisamente con él (con el bourbon) arrancó su primer cóctelcuento de su libro Cócteles tangerinos, que presenta en la sala Morocco a finales de mes y en julio en el Instituto Cervantes de Tánger. Todo empezó en 1989; fue un encargo de sus amigos de la revista El Canto de la Tripulación. Gómez Font entonces soltó la pluma y junto a Tánger, el cóctel que le habían encargado, inventó una historia sobre su ciudad más admirada para que las palabras no dejaran tan desangelada la mezcla del bourbon, jugo de naranja y Grand Marnier. Su experimento tuvo gran aceptación no sólo "entre los tripulantes", sino entre todos los clientes del bar La Mala Fama, donde él ha sido barman todos los miércoles durante un puñado de años. Allí es donde ha desarrollado esa memoria pitutaria que dice que hay que tener para salir airoso en el arte de combinar bebidas y adivinar qué es lo que esconde cada botella. Después ya, lo suyo es inventar tragos. Y más cosas, porque este hombre de prominentes bigotes, Alberto Gómez Font (Barcelona, 1955), es "vigilante de la lengua española en la agencia Efe", pero en realidad es arabista.Pregunta. Inventó un cóctel para Tánger, ¿dejará a Madrid sin uno propio?

Respuesta. ¿Para Madrid o madrileño, que filológicamente es diverso?

P. Lo que más, le sugiera.

R. Es que madrileño podríamos inventarnos... a ver, la Cibeles, Neptuno, un cóctel acuático con esas fuentes... mezclaría dos partes de ginebra, una parte de vermú seco y media de li cor de madroño. Adornado con una guinda verde en el fondo y servido en una copa de cóctel fría.

P. ¿Pero en Madrid se sabe degustar una bebida más allá de la cerveza?

R. Madrid ha sido una de las metas de la coctelería. Salvo aquellos que piden un cóctel y se lo beben de un trago, sí.

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P. Descubra entonces los mejores tragos en Madrid.

R. Yo creo que se pueden tomar en el Balmoral. También en Leki, detrás de la Puerta del Sol, y en los bares de los grandes hoteles; uno de los más grandes barman europeos está en el Holiday Inn: Epifanio Vallejo.

P. ¿No tiene gracia que sus Cócteles lleven el nombre de una ciudad musulmana?

R. Bueno, pero me refiero al Tánger de los años cuarenta y cincuenta, que es cuando el cóctel estaba en pleno auge en todas partes. A partir de ahí, imaginé historias para el Tánger de ese tiempo, en el que yo sabía que había muy buenos barman.

Cócteles tangerinos. Alberto Gómez Font. Librería El Tranvía. 1.500 pesetas.

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