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500 personas ven a los bomberos salvar a un niño atrapado en una máquina

Antonio Jiménez Barca

Ocho bomberos, cinco policías, un médico y dos enfermeros -además de 500 espectadores- participaron en la madrugada de ayer en Coslada (85.000 habitantes) durante dos horas en el rescate de un niño que se había enganchado una mano en una máquina expende dora de muñecos. Tras el rescate, el niño fue trasladado al hospital Clínico de Madrid y, después de hacerle unas radiografías, se comprobó que se encontraba perfectamente.José, de ocho años, estaba acompañado de sus padres y de sus dos hermanos en un bar céntrico de la calle de Venezuela el pasado viernes a las 23.00 horas cuando vio una máquina electrónica de ésas que, a base de pericia, permiten sacar un muñeco de peluche con un gancho.Nada de monedas

Al niño le gustaron mucho los muñecos pero nada la idea de tener que echar una moneda. Introdujo por las buenas la mano derecha en la abertura por donde el ingenio expende los premios y cuando quiso sacarla se dio cuenta de que no era nada sencillo. De hecho, era muy difícil.

Primero los padres y después el dueño del bar, intentaron desenganchar la mano del pequeño. Como eran incapaces, llamaron a la Policía Local. Dos dotaciones (cinco policías), se presentaron al instante. Rápidamente se percataron de que necesitaban más ayuda. Así que, en un momento, hasta ocho bomberos, un médico y dos enfermeros acudieron al bar. Incluso el jefe de la Policía Local, Ginés Jiménez, y el jefe de los bomberos de Coslada quisieron supervisar la complicada operación de rescate manual, que consistió en desmontar, pieza a pieza, el ingenio mecánico convertido en trampa.

Mientras tanto, José se mantenía tranquilo porque no le dolía nada tener la mano prisionera. Nada de histerismos, tanto ajetreo a su alrededor le mantuvo entretenido en un principio. La Policía Local califica su comportamiento como el de "un valiente". Incluso, como estaba tumbado y la actuación le empezaba a aburrir, tras hora y media de maniobra, se quedó dormido durante algunos momentos arropado con una manta.

En esto, los habitantes de Coslada -localidad que celebraba sus fiestas patronales a lo largo del pasado fin de semana- comenzaban a agolparse alrededor del establecimiento. Como todo ocurría enfrente de los cristales, hasta 500 personas se congregaron para presenciar el original rescate.

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Al final, uno de los bomberos levantó con mucho cuidado la chapa que aprisionaba la mano del niño a la altura de la falange y José pudo, por fin, levantarse... aunque sin el premio de peluche. Inmediatamente fue trasladado al Clínico por precaución, pero el pequeño no tenía nada. El público, al ver que todo terminaba bien, comenzó a aplaudir.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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