Gabriel Aguirre ordenó que se analizaran las vísceras de sus toros

Gabriel Aguirre, propietario de la divisa que se anuncia a nombre de Atanasio Fernández, cuyos toros se lidiaron el pasado jueves, ordenó a Julio Fernández, veterinario que trabaja para él, que al término de la corrida pidiese a los facultativos de servicio el análisis de las vísceras de los toros, en el caso de que éstos adoleciesen de fuerza, como así fue. Sin embargo, Fernández, que también trabaja para la Unión de Criadores, no lo hizo, porque podía levantar suspicacias, según dijo el ganadero a este periódico.No obstante, Aguirre no cree que a sus toros les ocurriese otra cosa "que la escasez natural de fuerzas", aunque reconoce que no es la tónica de su ganadería y que en las corridas que lleva lidiadas este año sólo un toro, en Valencia, tuvo un comportamiento similar. Para el ganadero, al que le gustó la bravura y calidad de sus productos, "aunque en el tema de las fuerzas puede considerarse que pegamos un petardo", también ayudó el excesivo castigo que les dieron los picadores y que les hicieran derrotar mucho contra los burladeros.

De ese su buen balance de la corrida excluye al tercero, que correspondió a Enrique Ponce, "porque salió congestionado e hizo cosas muy feas", e incluye al quinto, que se devolvió a los corrales por inválido, "y que al ser el que mejor nota tenía, igual después habría servido en la muleta". Con respecto a la actuación de. los toreros, Aguirre se niega a hacer valoraciones públicas, "aunque yo me doy cuenta de todo", y lo único que admite es que Manzanares tuvo el mejor lote, "muy apto para el triunfo".