El 'Tiranosaurio rex' se inclina
La mayor muestra de dinosaurios, en el Museo de Historia Natural de Nueva York
El Tiranosaurio rex ya no anda erguido arrastrando la cola y el Apatosaurio se ha despojado de una cabeza que no le correspondía. Éstos son algunos de los cambios introducidos en la más ambiciosa muestra de fósiles de dinosaurios en la centenaria historia de la paleontología que abre sus puertas hoy en el Museo Americano de Historia Natural, en Nueva York.Una renovación arquitectónica y museística iniciada en 1989, para no quedarse atrás respecto a la dinomanía que culminó con la película Parque Jurásico, sirve de base para replantear el origen, las formas de vida y desaparición de los lagartos terribles. La exposición concluye que los dinosaurios no son realmente una especie extinta (desaparecieron misteriosamente hace unos 65 millones de años), sino que se extienden hasta los pájaros modernos.
Las salas renovadas del museo albergan desde hoy más de 100 especímenes (sólo un 5% de su colección, el resto de la cual no está abierta al público) en 1.700 metros cuadrados que son el delirio del aficionado a los dinosaurios. Según Mark Norell, jefe del departamento de paleontología de vertebrados del museo, lo importante del nuevo montaje es mostrar por una parte el árbol familiar de los dinosaurios, cómo estaban interrelacionados, y por otra hacer un retrato de la paleontología como una ciencia en la que hay cosas que se han podido demostrar y otras que no. Queda mucho trabajo por hacer". El punto de partida es una bandada de gaviotas, animal que junto al pingüino se considera un dinosaurio moderno.
Inmediatamente después, el primer gran impacto visual de la muestra: un esqueleto de Tiranosaurio rex cuya disposición paralela al suelo, como una gigantesca ave depredadora, contradice la imagen tradicional e incorrecta de monstruo erguido como el Godzilla de las películas.
Norell supervisé durante dos años la recolocación de este reptil a la cabeza de un equipo de siete personas. Frente al T. rex, la estructura ósea de un Apatosaurio (también conocido como Brontosaurio, y que había lucido durante 80 años una cabeza equivocada en este museo) se extiende en un equilibrio horizontal casi imposible a lo largo de 26 metros.
Pantallas conectadas a discos ópticos, esqueletos móviles y muestras de fósiles disponibles para que el público los toque proporcionan un ambiente de interactividad diseñado tanto piara el público infantil como para el científico.
La intención del Museo de Historia Natural no es hacer afirmaciones contundentes, sino demostrar que el estudio de los dinosaurios es un campo abierto al debate. Cuestiones como el modo en que los dinosaurios trataban a sus crías, si vivían en manada, corrían o eran de color verde o naranja sólo pueden ser esbozadas con precaución, y el museo realiza una exposición equilibrada de estas teorías.
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