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Centenares de punkis arrasan el bar de los 'rapados' de Costa Polvoranca

F. JAVIER BARROSO / JAN M. AHRENS Unos 400 jóvenes, en su mayoría punkis, desataron ayer su ira en Costa Polvoranca, Alcorcón (144.000 habitantes). Apedrearon, asaltaron e incendiaron el pub Don Quijote de la Marcha, lugar de encuéntro de los cabezas rapadas detenidos por el asesinato el pasado domingo de Ricardo Rodríguez García, de 20 años. Los asaltantes se habían desgajado de la manifestación contra la intolerancia que ayer rendía homenaje a la víctima.La manifestación, a la que acudieron unas 10.000 personas, acabó con desórdenes generalizados. Además del incendio del pub, en el municipio, por donde se esparcieron huyendo de la policía los agitadores, se registraron pillajes en algunos comercios y destrozos de contenedores de basura. La policía, que sufrió daños en varios coches patrulla, detuvo a dos punkis por agresión a agentes. Dos policías y tres manifestantes resultaron heridos. Dos de ellos fueron atendidos de contusiones en el hospital Hermanos Laguna, de Alcorcón. El tercero fue conducido al hospital General de Móstoles para que le suturaran varios cortes.

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La manifestación, encabezada por los padres de Ricardo y por miembros de la Asociación de Jóvenes contra la Intolerancia, se inició a las siete de la tarde sin incidentes en la plaza del Ayuntamiento de Alcorcón. Cuando llegó a la calle de Geológicas, en Costa Polvoranca, se depositó un ramo de flores en el lugar del asesinato, precisamente a las puertas del pub Don Quijote de la Marcha -conocido como Donqui-, colindante con el bar La Puta Calle. Esté último es un local frecuentado por punkis, a cuyas puertas se divertía el domingo el asesinado. Los punkis son rivales de los cabezas rapadas y bakaladeros, que acuden al otro establecimiento.

El portavoz de Jóvenes contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, leyó un comunicado en el que rechazaba la violencia neonazi. Tras la lectura del manifiesto, se empezaron a corear cantos antifascistas. Luego dieron la espalda al lema pacifista de la convocatoria y c9menzó. el asalto del pub Donqui. Unos 400 jóvenes, la mayoría punkis, lanzaron piedras, botellas y palos. Los cristales de este local quedaron destrozados en minutos. Una obra, justo enfrente del local, proporcionó a estos vándalos proyectiles. Después consiguieron forzar la verja metálica y entrar en el bar, que arrasaron y prendieron fuego. En esta confusión desapareció el televisor de La Puta Calle.

Con el Donqui en llamas, la policía entró por uno de los extremo de la calle. Seis coches de antidisturbios tomaron la mitad de la calle de Geológicas. Se libró otra batalla. La policía lanzó botes de humo y cargó contundentemente contra los punkis. Tras la intervención policial, los bomberos empezaron a atajar el fuego que consumía el local.

La policía detiene a un cuarto sospechoso por el asesinato de Costa Polvoranca

La policía tuvo que llamar refuerzos a medida que la furia se desataba con mayor violencia. El gran campo que rodea el polígono de las copas de Alcorcón, a las afueras del municipio, hizo difícil el control de los asaltantes, que lograron escabullirse. Algún muchacho con la cabeza ensangrentada se cruzaba en el camino.Ante tanto acoso de la policía, los jóvenes terminaron por entrar en Alcorcón, que se convirtió en un campo de batalla.

Uno de los agresores comentó durante el ataque: "Esperemos que esto sirva para algo. La suerte que tienen es que no hay ningún nazi, que si no cazaba [moría]". El manifestante añadió: "Si ellos se han cargado a Ricardo, nosotros nos cargamos esto [en referencial al pub Donquil". En el ataque también había adultos que instigaban a los jóvenes para que quémaran el local.

Dos implicados más

Antes de la manifestación, los gentes de la Brigada de Información habían detenido a un cuarto sospechoso de la muerte Ricardo Rodríguez. El capturado, a diferencia de los otros es detenidos, no está adscrito ningún grupo neonazi. Se trata, según fuentes policiales, de ni joven más cercano a la delincuencia común que a la ideología ultraderechista. Esta captura no agota la investigación. El grupo de Tribus Urbanas persigue a otros dos implicados.

Las pesquisas, además de dar con los supuestos agresores, arrojan una nueva versión el crimen. Los investigadores, partiendo de la tesis de un enfrentamiento entre tribus urba-. as, mantienen que el detonante de la disputa fue un altercado entre un punki y el portero del Donqui, un ex boxeador de origen centroeuropeo. La pelea se avivó cuando un grupo de punkis, del pub La Puta Calle, acudió a ayudar a su amigo y atacó al portero con un aerosol de autodefensa. Los rapados del Donqui salieron del interior del pub y atacaron entonces a la tribu rival.

Unas ocho personas se enzarzaron en la calle. Los rapados sacaron una pistola de aire comprimido, cadenas y navajas. Ricardo Rodríguez recibió una puñalada en el pecho -todavía no se ha determinado quién asestó el golpe mortal-. Otro joven, amigo de Ricardo, fue herido de arma blanca en el muslo. La implicación de la víctima en la reyerta aún no ha sido determinada. Sus amigos sostienen que los rapados se ensañaron con Ricardo porque les había "mirado mal".

Ambos locales, separados por unos pocos metros, acogen a jóvenes de ideologías contrarias. Las peleas entre sus clientes han sido frecuentes. La noche del crimen, Rodríguez y sus res amigos regresaban de un fiesta de Izquierda Unida.

La madre de Ricardo, Maribel García, comentó que su hijo ha recibido el homenaje que merecía. Esperaba que la manifiestación, antes de que se produjeran los incidentes, sirviera para algo y que los muchachos pudieran salir a la calle vestidos como quisieran. Maribel pedía justicia para los culpables. Y también que no se les mate. "No soy asesina, no soy capaz de eso", señaló.

El abogado José María Bandrés ha aceptado llevar la acusación popular, ejercida por la asociación Jóvenes contra la Intolerancia. Estos han indicado que solicitarán una "condena ejemplar para frenar la proliferación de bandas violentas de carácter nazi".

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