_
_
_
_

Un taxista golpea a una viajera por montar en el coche de un compañero

Un taxista golpeó el sábado a la pasajera de otro compañero, al que acusaba de haberle quitado el servicio, un breve recorrido de 305 pesetas, según denunció ella en la comisaría de Arganzuela. A consecuencia de la violencia sufrida, N. M., una fotógrafa de 28 años, sufre contusiones, pérdida de audición en un oído, mareos e inmovilidad del cuello.El presunto agresor, I. S., de 51 años, niega haberle pegado, a pesar de que un parte médico del hospital Doce de Octubre muestra que la viajera fue atendida de diversas lesiones media hora después de ocurrir los hechos denunciados. Reconoce que siguió al otro taxi, y dice que fue porque la mujer le había hecho el gesto de cornudo con las manos,

N. M. aún no consigue explicarse lo sucedido. El 20 de mayo, a las ocho y diez de la mañana, paró un taxi en la calle de Embajadores, junto a la glorieta. Iba muy cargada y a las 8.30 salía su autobús hacia Granada, donde debía fotografiar a varios grupos, de niños que celebraban su primera comunión.

"Venían dos taxis, uno detrás de otro. Cuando yo levanté la mano, el que iba primero aceleró y me subí en él", relata esta mujer. "El otro taxista se paró y comenzó a insultar al que me llevaba. Le acusaba de robarle la carrera, pero éste no replicó", añade. "Se puso delante, y a lo largo de la calle de Embajadores fue haciendo eses para dificultar nuestra marcha. Cuando llegamos a un semáforo nos obstaculizó el paso", prosigue.

"En otro semáforo se puso a nuestro lado e intentó abrimos el vehículo. Al taxista que me llevaba le llamó cabrón, y, a mí, puta. Después le perdimos de vista", apostilla. "Una vez en la estación Sur, cuando abrí la puerta para bajarme del taxi noté un bofetón en la cara; era él, me agarró de la cazadora, me sacó a la fuerza, me torció el cuello con el brazo y me golpeó la cabeza contra el vehículo. Sólo pude zafarme cuando el taxista que me llevaba se puso en medio para defenderme", concluye. Ella misma llamó a la policía desde un bar.

Nadie medió

En la calle había una treintena de personas, pero, nadie medió. "Cuando le dije que esperase a la policía arrancó, se sonrió y contestó que me había dado poco y que tuviera cuidado, que si me volvía a pillar me mataba", explica esta mujer. Después, la Policía Municipal la trasladó al hospital Doce de Octubre.

El presunto agresor lleva dos décadas largas en el oficio. En el Área Municipal de Circulación y Transportes aseguran que nunca ha recibido sanción alguna. "Yo no la toqué, lo que pasa es que esa chica es una maleducada", asegura. "Cogió un taxi, yo iba en otro detrás y, sin que viniera a cuento, me sacó los cuernos [extremo que ella niega], los seguí hasta la estación Sur y le pregunté a ver por qué había hecho eso", añade. "Mentó a mi madre y yo le dije que la dejase en paz porque está bajo tierra, y me marché", concluye.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_