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La Virgen baja a las fiestas

70.000 getafenses acudieron a la romería del Cerro de los Ángeles

Getafe (144.000 vecinos) cumplió ayer con la ceremonia anual de trasladar a su patrona desde el Cerro de los Ángeles hasta la catedral de la Magdalena (cinco, kilómetros). La bajada de la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles marca el inicio de las fiestas patronales y mezcla liturgia, tradición y ocio. Ayer fueron 70.000 los getafenses que participaron en la procesión y vieron cómo el alcalde socialista, Pedro Castro, cedía a la Virgen su bastón de mando hasta el 11 de junio, fecha en la que regresará a su ermita.La tradición de llevar a la Virgen desde el Cerro hasta el pueblo se remonta al siglo XVII, concretamente al 1616. Se hacía para pedirle al cielo que lloviese.

24 mayordomos, la mitad mujeres y la mitad hombres, pertenecientes a la congregación de Nuestra Señora de los Angeles llevan la carroza que transporta a la Virgen, una talla de 1775 decorada en oro y repleta de flores. Antes de partir, la imagen se detiene ante el convento de clausura de las Carmelitas Descalzas, instalado en el Cerro, quienes, a través de las ventanas, le dedican sus cantos.

La tradición y la fe mueve a los getafenses para ir a la procesión. Víctor y Agustina llevan 30 años acompañando a la Virgen: "Porque son las fiestas, así que vamos a por ella y la traemos, pero luego también la acompañamos en el regreso", confiesan. Este matrimonio, de 74 y 72 años, respectivamente, asegura que los cinco kilómetros de distancia entre el Cerro y Getafe no son nada para ellos: "Estamos acostumbrados, pues nos vamos todos los días dos horas a bailar pasodobles y hoy los han suspendido por la bajada de la Virgen". Igual que Alberto y Juan, dos jubilados de 71 y 76 años, que charlan animadamente. "Llevamos más de 20 años bajando a la Virgen" , confiesan con orgullo, "y lo hacemos porque somos católicos, tenemos fe y seguiremos viniendo siempre".

La juventud también está presente en la procesión. Cristina, de 20 años, y Gema, de 21, llevan participando en ella desde muy pequeñas, pues acumulan 17 y 20 procesiones, respectivamente. Y explican que lo hacen por fe, sobre todo Gema, quien confiesa: "La Virgen hizo un milagro con mi hermano en 1970".

El aspecto lúdico de esta fiesta local también se deja notar. Los voluntarios de la Cruz Roja debieron atender a más de 40 personas, el 60% de ellas con intoxicaciones etílicas de carácter leve, y el resto, con torceduras de tobillo o cortes en manos y pies producidos por vidrios de botellas.

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