Leganés, la apuesta por el deporte

En Leganes (178.000 habitantes), el deporte ha subido muchos enteros durante este mandato municipal. El pabellón Europa, el segundo en aforo de la Comunidad, y el ascenso del Lega a Segunda han marcado la ciudad en las dos últimas temporadas. Quizá por eso no extraña que este mismo mes se superaran los pronósticos más favorables y 14.000 personas participaran en la Carrera Popular contra la Droga.Ayer mismo se puso la primera piedra de la pista de patinaje sobre hielo que será gestionada por manos privadas. No hay acto público que no tenga como protagonista a las estrellas locales, desde el carismático míster Luis Duque, entrenador del CD Leganés, el futbolista Pérez Caminero o el karateca José Manuel Egea. También ha sido la etapa del cambio de la sede del Ayuntamiento, de la plaza de España a la Casa del Reloj, que ahora ilumina el polémico farolón de 22 metros de altura.

En mayo de 1994, el pabellón Europa abrió sus puertas con una superficie de 4.500 metros cuadrados, y en su parqué los vecinos han vivido el deporte de alta competición. Ha sido escenario de las fases finales de la Copa de la Reina de balonmano, de enfrentamientos de selecciones nacionales de baloncesto y la actuación de los norteamericanos Globe Trotters. Fue un proyecto heredado de la anterior corporación en el que se invirtieron 1.300 millones de pesetas, bastante más de lo presupuestado inicialmente. Ésa es una de las quejas constantes de la oposición. Según IU, en el Europa se sobrepasé el presupuesto en un 60%, el mismo porcentaje de exceso en la nueva sede del Ayuntamiento, adonde se trasladaron en 1994 seis concejalías, el archivo y el registro municipal. Pero en sobrepasar el presupuesto la palma se la lleva el centro cultural Rigoberta Menchú, abierto en 1993 con un 84% de incremento sobre lo previsto.

El pabellón Europa es cabecera de una de las zonas donde más se ha actuado en estos años, la avenida de Juan Carlos I. Allí está el Rigoberta Menchú y las tres grandes fuentes ornamentales de este mandato: una escalera-rampa, escultura obra de Ángeles Marco; la de Grecia, que recuerda el hermanamiento con Egaleo, y la de la noria, en homenaje al pasado agrícola de la ciudad.

El mandato de Pérez Raez, que revalidó la mayoría absoluta para el PSOE, con 14 concejales, se inició con una buena noticia: la marcha definitiva del Regimiento Saboya a Badajoz, que despejaba el horizonte para que el viejo cuartel de las Guardias Walonas se convirtiera en campus técnico de la Universidad Carlos III. Dos años después los alumnos se trasladaron desde unas instalaciones provisionales al único de los tres edificios del campus que se ha construido y en el que se invirtieron 3.000 millones. Coincidiendo con este hecho se descubría que el inmueble más emblemático del campus, el edificio Sabatini, de 25.000 metros cuadrados, estaba herido de muerte. La rehabilitación de la Comunidad autónoma preveía mantener el 80% de este inmueble del siglo XVIII. Al mes de comenzar las obras, dos derrumbamientos, uno de ellos con dos heridos, obligó a paralizarlas. Se reanudaron, y en noviembre pasado saltaba la noticia de que el Sabatini estaba siendo abatido por las máquinas. Ahora, del inmueble original apenas queda una arcada y un pedazo de la fachada. En su lugar se levantan nuevos muros de hormigón.

En este periodo la ciudad también se sumó al carro de las viviendas sociales, de las que el mayor exponente es Leganés Norte, que ocupará 106 hectáreas junto a la M-40 y Zarzaquemada y donde se construirán 3.984 casas. Sólo se ha avanzado en la urbanización y la adjudicación de las parcelas. La realidad es que sólo se entregaron este año 42 viviendas sociales construidas sobre una parcela municipal en San José de Valderas.

La junta de distrito de La Fortuna, la primera del municipio con competencias; el servicio de información telefónico 010, que atendió 61.000 llamadas en 1993, o las campañas de cooperación con la acogida de un centenar de refugiados bosnios en un antiguo colegio en 1992 o campañas de ayuda a Ruanda y Cuba son otros aspectos abordados en estos cuatro años.

Dos conflictos vecinales se le han enquistado al equipo de gobierno, el de la segregación de Viñagrande y las protestas contra el área de copas, conocida como La Zona. En junio de 1993, el 98% de los habitantes de Viñagrande votó su segregación para incorporarse a Alcorcón. Desde entonces, los dos Ayuntamientos no han podido llegar a un acuerdo sobre las condiciones del cambio de término municipal.

Los vecinos de La Zona han salpicado de movilizaciones estos últimos años para exigir que se acabe con las molestias que les ocasionan los 18 establecimientos que hay en una pequeña área entre bloques de la calle de San Nicasio, donde se reúnen miles de jóvenes los fines de semana.

Las relaciones con los 1.500 empleados municipales también han sido tempestuosas. Durante los tres primeros años no hubo acuerdo sobre el convenio colectivo.

En el tintero se ha quedado el nuevo cementerio municipal, el comienzo de la Operación Centro, que supondría la utilización del viejo manicomio, el Plan de Actuación Urbanística (PAU) del Culebro y el nuevo estadio de fútbol.