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La Comunidad descartó tutelar a los 5 niños que su madre dejó días solos

La mujer a la que la Comunidad ha retirado la tutela de cinco de sus siete hijos por dejarlos solos en casa durante varios días es bien conocida por los servicios sociales municipales de San Blas. Allí aseguran que "hace mucho tiempo" -sin precisar- Informaron del desamparo de estos pequeños a la Comisión de Tutela del Menor de la Comunidad. Este organismo no vio entonces necesario hacerse cargo de estos niños, que ahora acoge en uno de sus centros, tras ser entregados el domingo por la policía.

Los pequeños, que no tienen señales de maltrato, permanecen en el centro de acogida de Hortaleza, adonde fueron tras ladados por la policía. El piso donde vivían, de unos cuarenta metros cuadrados, carecía de puertas interiores, los muebles estaban destrozados y, en general, ofrecía un aspecto de total abandono, según los agentes que entraron en él. La nevera estaba vacía.Esperanza García, responsable del Instituto Madrileño de Atención a la Infancia (IMAIN), explica que en 1994 no vieron motivos suficientes para separar a estos niños de su madre y de su actual compañero, pese a haber recibido un informe de los servicios sociales municipales que alertaba sobre el caso. "Decidimos que era mejor diseñar un plan de intervención social con la familia que internar a los pequefios", asegura. "Hace días llevamos una citación a la madre para comprobar cómo iban las cosas y si hacia falta tomar alguna medida adicional, pero no abrieron", añade.

Sin embargo, los vecinos el bloque no se explican por qué se ha actuado ahora y no hace años. "En los once años que esa mujer lleva viviendo aquí ha dejado a los niños solos muchas veces, nosotros lo hemos denunciado en varias ocasiones pero no ha servido ara nada", afirman.

Los pequeños se tenían que teníanr de forma autónoma en un ambiente sórdido y desequilibrado. "Se acostaban de madrugada, se levantaban al mediodia, un día iban al colegio y doscientos no, comían de mala manera y, además, presenciaban las constantes trifulcas y peleas entre su madre y sus sucesivas parejas y también veían a todos los toxicómanos que acudían a la casa a comprar droga", relatan los vecinos.

Ángel de la guarda

"Nunca les ha pasado nada grave porque deben de tener un ángel de la guarda que vela por ellos", apostillan. "La hermana mayor, que tiene 15 o 16 años, era la que se encargaba de cuidarlos", concluyen. Según las primeras informaciones del Cuerpo Superior de Policía, los niños llevaban cuatro días encerrados en la casa cuando los agentes entraron a por ellos tras recibir una llamada de un comunicante anónimo. Pero los residentes del bloque aseguran que vieron a los pequeños salir y entrar en el periodo que va desde el jueves al domingo. "Ellos solían estar mucho tiempo solos, entraban y salían, pero no encerrados porque tenían llave", aseguran los vecinos.

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Este hogar es una historia de marginación en tres generaciones. Los problemas sociales ya se remontan a los abuelos de los chiquillos y entre los tíos hay casos de toxicomanías.

La madre, sin estudios, casada desde muy joven y siempre sin empleo, tiene siete hijos de tres padres diferentes, los dos últimos heroinómanos. Ella misma ha estado encarcelada por vender droga. Hace once años llegó a este modestísimo bloque de pisos sociales construidos en los cincuenta.

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