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Entrevista:ÁLVARO DELGADOPINTOR GALARDONADO

"He pintado el cartel de San Isidro porque los últimos eran malos"

Madrid acaba de darle la medalla de oro de la villa y él le ha regalado a la ciudad el cartel de las fiesta de San Isidro. Álvaro Delgado, de 73 años, expone algunas de sus muchas obras dedicadas a su patria chica en el Museo de la Ciudad. Este madrileño "de dos generaciones y media" rebuscaba con 12 años, en plena Guerra Civil, balas y trozos de metralla por las calles de su barrio, Antón Martín. Cuando su padre se enteró le hizo botones de unos grandes almacenes. Para librarse de la vigilancia paterna se matriculó en la escuela de pintura roja de la Biblioteca Nacional, lo único que se podía estudiar entonces, porque colegios e institutos permanecían cerrados. "Hasta que un buen día decidí hacer dos cosas: casarme y vivir de la pintura, y, curiosamente, las dos me salieron bien", así recuerda Álvaro Delgado sus comienzos de marido y pintor.Pregunta. ¿Le ha sorprendido recibir la medalla de oro de la ciudad de un alcalde de derechas?

Madrid y Álvaro Delgado

Museo de la Ciudad. Príncipe de Vergara, 140.

Respuesta. Yo he militado en la izquierda toda mi vida y tengo años suficientes para que me importe un pito la izquierda, ahí está el gran fracaso de la revolución rusa. Así que mientras que no sea una corporación de iglesia, que con ésa sí que todavía no comulgo, me da lo mismo.

P. ¿Qué rasgos le han guiado para pintar a los alcaldes madrileños?

R. Conocí mucho a Agustín Rodríguez Sahagún, que fue marchante de arte. El me encargó el retrato de Tierno Galván, al que conocí cuando conspirábamos a finales de los años cincuenta. A José Luis Álvarez le pinté con un ademán distendido; a Tierno, hablando de modo profesoral; Huete está sentado en una postura muy suya, y Barranco, sobre un fondo en rojo que creo que no le hizo gracia.

P. ¿Le ha quedado algo del idealismo de la Escuela de Vallecas?

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R. Sí, algo que nos acompañó en aquel momento y que me ha interesado siempre es la inclinación por el marginado, el desposeído.

P. ¿Por qué ha querido hacer el cartel de las fiestas?

R. Porque los que habían puesto últimamente eran bastante malos y quería hacer una cosa nueva y alegre, éste es un chispero.

P. ¿Dónde iría a buscar marginados para pintar?

R. A los semáforos de ciertos lugares. Acabo de ver uno espléndido en Juan Bravo, esquina a Príncipe de Vergara, que pasea como las fieras en el zoo. Ellos son distintos, los ves envueltos en harapos, con los pantalones atados con cuerdas, con una barba que no se han afeitado nunca, oliendo tremendamente a perro podrido; a mí eso me parece muy singular y me atrae mucho.

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