¿DONDE DEBE VIVIR EL PRIMER MINISTRO?
Ingvar Carlsson, primer ministro socialdemócrata sueco, puede verse obligado a abandonar la flamante residencia oficial que estrenó en el centro de Estocolmo si, como parece, tiene que pagar impuestos por lo que el duro sistema fiscal sueco considera "beneficios marginales". El Consejo Fiscal de Estocolmo calcula que el palacete Sagerska, una construcción del siglo XVIII, que acaba de renovarse por 30 millones de coronas, sobrepasa lo que podría considerarse vivienda normal y constituye por tanto un sobresueldo. Carlsson y su esposa no pagan alquiler por los 306 metros cuadrados distribuidos en dos plantas que disfrutan como vivienda privada desde el pasado abril, pero con el sueldo bruto de 65.000 coronas suecas al mes (1.100.000 pesetas) es dudoso que el primer ministro pueda hacer frente al alquiler. El fisco aún no ha fijado el coste del "beneficio" por vivir frente al Parlamento y junto al Ministerio de Asuntos Exteriores, pero calcula que una vivienda de lujo del mismo tamaño cuesta entre 25 y 30 millones de coronas. Hasta ahora no ha habido residencia oficial del primer ministro en Suecia, y el mismo Carlsson ha vivido en su modesto piso de las afueras de Estocolmo incluso después de recuperar el poder los socialdemócratas tras las elecciones de septiembre pasado. En realidad, el jefe del Gobierno abandonó su vivienda a regañadientes, y sólo por ahorrar al Estado sueco los dos millones de coronas anuales que le costaba la vigilancia de la policía de seguridad. -EFE
