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Tribuna:28 MAYOCONTRAPUNTO: PP
Tribuna
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Desde Ibiza con candor

Los envidiados periodistas de la caravana volaban en la mañana de ayer de Badajoz a Palma de Mallorca para seguir a José María Aznar, del que han hecho su particular Jesulín de Ubrique. Ibiza y Mahón fueron consideradas plazas menores y se quiso ahorrar fatigas a los enviados especiales concentrándoles en la deslumbradora bahía palmesana. Hasta Ibiza era imposible desplazar a tiempo todo el montaje escenográfico ni los vatios de potencia que producen el aturdimiento sonoro de la megafonía de alquiler. En la capital de las Pitiusas, las columnas de iluminación, capaces de subrayar con sus destellos los énfasis discursivos que reclaman aplausos, carecían de sentido en una competición desigual con el sol radiante y sin contrastes de la isla con mayor renta per cápita del archipiélago balear y de todo el Mediterráneo.Se veía bien a las claras que tanto el tabladillo alzado en la ibicenca plaza del Parque como el decorado que le servía de respaldo eran obra de la pundonorosa artesanía local, atenta para reproducir en esta ocasión con toda fidelidad la iconografía corporativa característica de la campaña. No "eran las seis de la mañana", pregonadas en el merengue de Juan Luis Guerra, furor de madrugada veraniego en las macrodiscotecas compartidas por el líder isleño del PP, Abel Matutes, con su entonces inseparable Txiki Benegas, a la sazón número tres del PSOE. El mitin anunciado del líder nacional del PP se ofrecía a la una de la tarde como un festival para los periodistas locales, quienes por esta vez harían su trabajo sin ser suplantados por los privilegiados de la caravana.

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Los sherpas del lugar, como Joan Cerdá, señalaban el contraste entre la gente concentrada en ese mismo sitio en la anterior ocasión, cuando las elecciones europeas, y los que acudieron ayer, apenas un millar. Pero nada iguala los espacios al aire libre con estimulantes oportunidades. Así, al fondo del rectángulo ajardinado, los clientes de una terraza atacaban el aperitivo sin desatender el mitin. Lo abría Abel Matutes, reaparecido después de una fuerte abstinencia de comparecencias públicas, dirigiendo una salutación a José María. Así le saludaron también los líderes locales y autonómicos en el mitin del lunes en Vigo. Porque en la aceleración de la campaña ha terminado por imponerse esta terminología. Es un ¡José María! escueto al que nada antecede. Se han eliminado denominaciones previas, como la de presidente, y, por supuesto, nadie se dirige a él llamándole compañero -eso queda para los socialistas- ni mucho menos camarada, apelativo que compartieron comunistas y falangistas y que apenas mantiene ahora Julio Anguita. Pero Abel, que definió la sardina como una ballena pasada por los socialistas, no fue correspondido por Aznar. El presidente popular, en su turno, mencionó a todos los oradores -candidatos a alcalde, Enrique Fajanés Ribas; a presidente del Consell Insular, Antoni Marí Calbet, y al Govern Balear, Gabriel Cañellas-, pero omitió cualquier referencia al telonero que encabezó la lista al Parlamento Europeo y logró la primera victoria para el PP en unas elecciones de ámbito estatal. Sabiendo cómo se miden al milímetro las menciones y los silencios, ayer, en Ibiza, no se hablaba de otra cosa y cundían las más diversas interpretaciones. ¿Por qué han retirado a Abel Matutes de la circulación, relegándole a la oscuridad de Estrasburgo, donde dicen que acaba de presentar un informe sobre la segunda fase de la política exterior y de defensa tan acertado como escondido?

El evangelio democrático del PP está cercano en sus enunciados al paradigma cristiano de ofrecer la otra mejilla y devolver bien por mal y mansedumbre por insulto. Pero propicia, como ya les sucediera a los socialistas, la idea de que sus gentes son de otra pasta. Impulsa la teoría de la raya, según la cual hasta donde llega el PP llega la prosperidad y el acierto y allí justo donde termina empieza la incuria y la basura. Aquí, en Baleares, donde el PP gobierna sin discusión a todos los niveles, ha faltado algún pequeño detalle de insatisfacción autocrítica.

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