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Budiaf Una oleada de bombas artesanales sacude Argelia

Mientras las bombas artesanales y los enfrentamientos armados entre la guerrilla integrista y las fuerzas de seguridad se suceden en algunos puntos de Argelia, Lambarek Bumaarafi, el presunto autor del asesinato del presidente Mohamed Budiaf, se cerraba ayer en un hermético silencio, negándose a cóntestar a las preguntas del tribunal de Argel, donde compareció para ser juzgado por el magnicidio, perpetrado en junio de 1992.De nuevo una bomba, de fabricación casera ha sembrado el terror en la región de la Cabilia, a poco menos de un centenar de kilómetros al sur de Argel. La explosión del domingo a las 11.00 horas, en la localidad de Naciria, mató a cuatro personas.,

Éste es el tercer atentado en cuatro días perpetrado por los integristas islámicos en la zona. La primera racha de explosiones se escuchó el pasado jueves en el puente de Takhoukht, donde estallaron al menos una decena de artefactos caseros al paso de un convoy de las fuerzas de seguridad, causando la muerte de un policía local y tres heridos. Horas más tarde, el cuartel de las fuerzas de Protección Civil en Tizi Uzu fue asaltado por un comando radical.

Las fuerzas de seguridad (Gendarmería, Policía y Ejército) se han desplegado en las últimas horas por esta región, tratando, por todos los medios de frenar lo que en determinados medios gubernamentales se califica como "la última ofensiva" de la guerrilla integrista. Según estas fuentes se trata de "acciones desesperadas" protagonizadas por los supervivientes de grupos armados integristas desalojados en los últimos meses de los barrios periféricos de Argel que ahora tratan de hacerse fuertes en las zonas colindantes de la capital, especialmente de la Cabilia, de donde son originarios muchos de ellos.

Los enfrentamientos entre fuerzas policiales y la guerrilla integrista se suceden también en otras regiones de Argelia, según se desprende de un reciente comunicado de las autoridades. En esta nota se informa de una serie de operaciones efectuadas a lo largo de la última semana y que ha tenido como trágico balance la muerte de 46 islamistas.

Pero la atención de todos los argelinos estaba centrada ayer en el Palacio de Justicia de Argel donde nuevamente compareció Lambarek Bumaarafi, el presunto autor de los disparos que provocaron la muerte del presidente Mohamed Budiaf, el 29 de junio de 1992, en la ciudad de Anaba, atentado que puso fin a un mandato que duró escasamente seis meses. El acusado afirmó que tenía "certezas" que no había revelado ante el juez, y se negó a contestar a cualquier pregunta alegando que el tribunal carecía de garantías para un juicio imparcial. Las palabras, del acusado provocaron la perplejidad del equipo de abogados defensores y de los magistrados.

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