El que no suma, resta
Las candidaturas independientes siembran la duda en las municipales
En Castilla y León, los populares, pese al éxito que les vaticinan todos los sondeos, no se atreven aún a descorchar las botellas. Las elecciones autonómicas parecen más que decididas a favor del actual presidente, Juan José Lucas -con un amplio avance de IU, un retroceso del PSOE y la desaparición del CDS-, pero las municipales son otro cantar. La proliferación de candidaturas amenaza con resultados sorprendentes. En grandes capitales como Burgos, Valladolid, Salamanca y León, los independientes -la mayoría de centro-derecha- buscan abrirse camino a codazos entre el Partido Popular y el PSOE.El ejemplo más claro es Burgos, donde de las ocho candidaturas que pugnan por la alcaldía, seis son ideológicamente de centro-derecha. El PP presenta de número uno a Valentín Niño, hasta hace poco hombre afín a José María Peña, a quien sustituyó en la alcaldía tras la sentencia que inhabilitó a éste para cargo público municipal por el caso de la construcción, en el que también fue condenado el constructor Miguel Méndez Pozo, que sigue en prisión. José María Peña va por libre. Se presenta con Solución Independiente como número uno a las Cortes regionales, y para el ayuntamiento avala a un joven abogado de 31 años desconocido por la ciudadanía.
La paradoja continúa. Haciendo bueno el dicho de el que no suma resta, al PP le han salido rivales más peligrosos. Los electores burgaleses podrán optar así por un partido denominado Progreso, Unión y Libertad (PUL), que lidera el ex presidente del Real Burgos Antonio Martínez Laredo en clara confrontación con el Partido Popular. Laredo mantiene un litigio judicial con el Ayuntamiento, y de las amenazas ha pasado a los hechos: para luchar contra los actuales gestores, qué mejor que presentar una candidatura en la que planea la sombra de la Asociación de Promotores Constructores, organización denunciante del caso de la construcción. La lista contiene nombres como los de Álvaro Renedo, hermano de Juan Renedo, presidente de los constructores burgaleses, y de su esposa, Dolores Hormaechea, hermana de Juan Hormaechea, presidente de Cantabria.
La capital de Castilla y León, Valladolid, es otra de las ciudades donde la batalla por el ayuntamiento se presume intensa. Ganador en las anteriores elecciones pero sin sillón de alcalde gracias al favor de Izquierda Unida al PSOE en 1991, Javier León de la Riva, portavoz del PP en las Cortes y en el Ayuntamiento, espera conseguir ahora mayoría absoluta.
No está nada claro. En el camino de Javier León se ha cruzado una lista encabezada por un ex concejal del PP, Conrado de los Ojos, y cuyo nombre es Alianza Independiente. Aspira al menos a obtener dos concejales, pero aunque no consiguiera ninguno, restaría buen número de votos al PP, que ya vio cómo en el mandato recién terminado se le escapó el gobierno municipal de las manos en favor del socialista Tomás Rodríguez Bolaños.
Por añadidura, Izquierda Unida espera ser la formación política que mayor crecimiento consiga en Valladolid; aumento que, según algunos sectores de la coalición, podría ser lo suficientemente propicio como para aspirar a que el profesor universitario Javier Gutiérrez ocupe la alcaldía.
León, con la Diputación Provincial en manos de los socialistas desde las últimas tres legislaturas, será el escenario de un pulso especial entre el PP y el PSOE. La institución es objeto de codicia por los populares por el número de municipios que congrega y el montante de su presupuesto. En el Ayuntamiento de la capital leonesa la incógnita está en saber si el incombustible e histórico Juan Morano, coqueto con los leonesistas y díscolo con su propio partido, colabora con el candidato Mario Amilibia, joven cachorro del PP y diputado en el Congreso. La formación leonesista Unión del Pueblo Leonés e Izquierda Unida, a buen seguro tendrán algo que decir si Mario Amilibia no consigue llegar al alto techo electoral en el que Morano ha situado al Ayuntamiento capitalino.El Bierzo y sus zonas mineras y Astorga también son objeto de especial rivalidad entre el PSOE y el PP. Habrá que esperar, por ejemplo, para saber de quién será la Diputación, a los resultados que se produzcan en una localidad como Astorga, ciudad históricamente de militares y curas gobernada por el socialista Juan José Perandones, que la ha convertido en feudo del PSOE a base de' recoger votos de todas las ideologías con actuaciones como vestir de romanos a los ciudadanos para promocionar las fiestas patronales y, a juicio de muchos, de haber realizado una buena gestión.
En Salamanca la gran incógnita a despejar es si el Partido Popular conseguirá la alcaldía de la capital de la provincia, ocupada en la actualidad por el foniatra socialista Jesús Málaga, un hombre que se definió a sí mismo como un personaje del Renacimiento y que saco recientemente a decenas de miles de personas a la calle en contra del traslado a Cataluña de unos fondos documentales del Archivo Histórico Nacional, hasta entonces desconocidos por la mayoría de los vecinos de la ciudad.El candidato popular es el abogado y senador Julián Lanzarote, presidente del PP salmantino y máximo responsable, junto a Gonzalo Robles, de la renovación interna que este partido ha sufrido durante los últimos meses y que se ha cerrado con grandes descontentos entre dirigentes históricos del PP de Salamanca, entre ellos el presidente de las Cortes regionales, Manuel Estella, y el senador Casimiro Hernández Calvo.Este último no ha sido presentado por el PP a la alcaldía de su pueblo, cargo que ocupaba desde los tiempos de Franco. Otros alcaldes históricos de municipios de Salamanca han sido eliminados de las candidaturas sin aviso previo y con noctumidad. Algunos se enteraron de que no repetían como candidatos a través de llamadas telefónicas de las juntas electorales de cada comarca, que se extrañaron de no verlos en las listas conservadoras.
En la Diputación salmantina, salvo sorpresas como la ocurrida hace cuatro años, el ganador será el PP con mayoría absoluta. En 1991, un diputado disidente de este partido fue elegido presidente de la corporación con los votos del PSOE y del CDS. Hubo hasta intentos de agresión a los representantes centristas, a los que se acusaba de responsables del ejercicio transfuguista del disidente.
En la provincia de Zamora la batalla se dará en la capital y en las localidades de Benavente y Toro: Al igual que en Burgos, la nota más característica está en la gran cantidad de candidaturas independientes que se presentan, y que pueden hacer más daño al PP que al PSOE. La capital, gobernada por el socialista Andrés Luis Calvo, puede cambiar de signo por el agrupamiento del centroderecha zamorano, que presenta de candidato a Antonio Vázquez, recién llegado a la ciudad procedente de Talavera.
Segovia, Ávila y Soria no parecen presentar dificultades para que el PP se haga con sus gobiernos. En cuanto a Palencia, que en los últimos cuatro años ha tenido alcalde del PSOE, la disputa se centrará en el mantenimiento por parte de los socialistas del ayuntamiento, conseguido en los anteriores comicios con ayuda del grupo APP, disidente del PP.
El PP, con 2.206, y el PSOE, con 1.153, son las dos formaciones que tienen más candidaturas en los 2.244 municipios de Castilla y León.
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