Un feudo de la derecha
El gobierno del Partido Popular en algunos ayuntamientos de Castilla y León, y por extensión en la Junta autonómica, arrastra un bagaje preocupante para los responsables de este partido, con unos cuantos cadáveres políticos que esperan tomarse la revancha el próximo día 28.En la militancia del PP existe una euforia evidente, pero la multitud de listas de independientes integradas por personas cercanas al arco conservador, y que se presentan en algunas capitales de provincia consideradas feudo o granero del Partido Popular, mermarán sin duda las expectativas de voto.
La importancia política de Castilla y León, el buque insignia del PP y de José María Aznar, supone una carga adicional, tanto para populares como para socialistas. Unos y otros miran con lupa y miman su estrategia con el fin de intentar no perder ni un solo voto. De ahí el malestar de los populares por la faena que, en su opinión, les han hecho los independientes.
Ninguna formación política castellano-leonesa duda de que el PP conseguirá mayoría absoluta en el Parlamento autonómico; una mayoría absoluta consolidada que puede verse incrementada gracias a la desaparición del CDS, cuyos votos pueden ir a parar en un amplio porcentaje a las listas conservadoras. La cuestión a dilucidar es el número de procuradores que obtendrán en el legislativo el PSOE e Izquierda Unida, coalición ésta a la que se augura un importante crecimiento e incluso la formación de grupo parlamentario propio, después de cuatro años de mantener un único procurador, incluido en el Grupo Mixto.Respecto al PP, la euforia de su militancia está siendo estos días templada con apelaciones a la prudencia por parte de los responsables regionales. "Hay que trabajar duro y no fiarse de las encuestas", dice el secretario regional del PP y consejero de Fomento del Gobierno autónomo, Jesús Merino, que pronostica "un Gobierno del PP cuyos objetivos prioritarios serán la vertebración de la comunidad, la mejora de las infraestructuras y la de las relaciones 'con Europa, con el Estado y con otras comunidades".El PSOE, que aspira a mantener el número de 35 parlamentarios regionales, puede ver mermada sin embargo su presencia en el legislativo -obtuvo un 36,44% de los votos en 1991 debido a los problemas que padece el Gobierno que preside Felipe González. Durante la campaña -se disputan 84 escaños- los socialistas quieren hundir el dedo en la llaga de lo que consideran "desatinos del Ejecutivo de Juan José Lucas al frente de la Junta en los últimos cuatro años". Críticas que recientemente aunaron en el llamado informe Lucas, que reflejaba, entre otros aspectos -desmentidos en su mayoría por el PP-, que en los últimos cuatro -años se han perdido en Castilla y León 100.000 puestos de trabajo.
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