"Ni estamos casados con el PSOE ni lo estaremos con el PP"
El presidente catalán, Jordi Pujol, reafirma en esta entrevista su apoyo a Felipe González hasta el final de año y considera que los pactos locales entre IU y el PSOE no le harán cambiar mientras no afecten a la política económica y autonómica. También marca fuertemente las distancias respecto a los socialistas catalanes, con los que su partido está ya en enfrentamiento directo en la campaña para las elecciones municipales. Respecto a los populares, en cambio, es de una enorme prudencia. "¿Por qué tengo que hacer elucubraciones y meterme con el PP? Mi responsabilidad ahora no es opinar sobre el PP, sino asegurar la estabilidad política", dice.
Pregunta. ¿Hay peligro de ruptura del pacto entre CiU y el PSOE para después de las municipales?Respuesta. Si la proliferación de pactos entre IU y el PSOE obligara al Gobierno a, cambiar su política autonómica o económica, entonces deberíamos revisar nuestra actitud. Si pactan por doquier pero el Gobierno no modifica la política económica que intenta aplicar Solbes, ni la europea del presidente del Gobierno, ni la industrial de Eguiagaray, entonces no pasará nada.
P. ¿Qué se juega su partido en la batalla de Barcelona?
R. El poder municipal es muy importante para construir un país. Hace veinte años ya dije que Barcelona es la force de frappe de Cataluña. Tener una ciudad de tanto pesó, que es la capital de Cataluña, nos permitiría ir al unísono. Sería muy positivo para nuestro proyecto. Por eso CiU está jugando muy, a fondo en estas elecciones, presentando a Miquel Roca, que indudablemente tiene todas las características para ser un gran alcalde de Barcelona y a la vez un hombre capaz de proyectar la ciudad a toda Cataluña y a toda España.
P. ¿Es bueno que en Cataluña todo esté en manos del mismo partido?
R. Eso de que no puede haber el mismo gobierno aquí y en el Ayuntamiento es tan ridículo que si fuera verdad, los socialistas ya no hubieran presentado candidato para las últimas autonómicas. La coincidencia de color político se produce en muchos países y no es un síntoma de que las cosas no vayan bien. Nosotros tenemos el poder que tenemos, pero lo tenemos muy contrarrestado porque no tendremos nunca el Gobierno de España, un Gobierno que, en ocasiones ha sido muy hostil y en otras ha tenido una actitud de gran incomprensión. Y no es bueno que estas actitudes sintonicen con algunas instituciones, catalanas.
P. Pero usted no está porque no ha querido.
R. No. Una cosa es estar en posición subalterna, como hubiera sido el caso. Otra es tener el Gobierno español, y por definición no podemos ser el Gobierno de Madrid. Tenemos, además, más capacidad para defender los intereses catalanes e incluso los intereses españoles desde fuera del Gobierno que desde dentro.
P. ¿Qué es Barcelona? ¿La segunda capital española? ¿Sólo la capital de Cataluña?
R. Ante todo, la capital de Cataluña, pero debe aspirar a mucho más. Como capital de Cataluña, debe jugar un papel en España y en el mundo latino americano. Yo estoy diciendo desde hace más de diez años que Barcelona debe ser además la capital del Mediterráneo, mucho antes de que Maragall se apuntara a la idea. Empecé a contarlo en los primeros viajes al extranje ro, cuando el Gobierno socialista, apoyado por el PSC, frenaba la proyección de Cataluña hacia el mundo. Barcelona, como capital de Cataluña, tiene tres vocaciones: la hispánica, la mediterránea,y la europea.
P. Usted ha manifestado preocupación por el futuro del PSOE y ha expresado su interés por una alternativa fuerte, en el caso del PP. ¿Le preocupa la supervivencia del PSC [Partit dels Socialistes de Catalunya]?
R. Quien debe ocuparse del futuro del PSC es el propio. PSC. Maragall es el alcalde socialista de Barcelona y esconde las siglas del PSC. Los socia listas no pueden salvarse si un alcalde esconde sus siglas, pero nosotros creemos que lo importante es que se respete la pluralidad del país. No me haga ir más lejos. Ya son mayorcitos y ya han sido suficientemente prepotentes durante mucho tiempo para que se salven ellos solitos.
P. ¿Qué quiere decir cuando se lamenta del trato que han recibido los casos GAL y Roldán? ¿Pide un pacto de silencio?
R. ¿Vio usted el debate entre Jospin y Chirac? Francia está de corrupción hasta la coronilla. ¿Vio usted que se utilizaran los casos de corrupción para lanzárselos mutuamente al rostro? Que no se utilice para ensuciar a todos no significa que la justicia no actúe y que los medios de comunicación no lo cuenten. En cualquier país europeo con mayor solidez democrática y con una acción anticorrupción más enérgica, estos asuntos se tratan de otra forma para evitar que convulsionen totalmente al país,
P. ¿Y de quién es responsabilidad?
R. De todos. La prepotencia socialista de los últimos años también ha ayudado a que se produjeran algunas reacciones. Debemos evitar que la corrupción destruya el tejido del país. Debe tratarse sobre todo a nivel de actuación judicial, de responsabilidades políticas y no de agitación constante en la calle.
P. ¿Hay que hablar incluso con el diablo para resolver el problema de ETA, como ha dicho el arzobispo de Tarragona?
R. Yo hago caso al PNV, que es el que está metido en los problemas vascos, los conoce y tiene la necesidad de resolverlos. Lo que diga el PNV me parece bien.
P. Usted hablaba antes de Chirac y Jospin. Ambos consideran que hay que dar una inyección al consumo a través de los salarios para devolver el dinamismo a la economía. ¿Le parece una medida adecuada?
R. Mire, Francia va bien, pero el 58% de los franceses, según una encuesta de Le Monde, no tiene confianza en el futuro. El problema no es el nivel de los sueldos, sino la inseguridad y la angustia. Aquí y en todas partes debemos devolver la confianza a la gente. Quizá hay que empezar a explicar que hay que revisar nuestra forma de vida. Tal vez tiene razón Helmut Schmidt cuando dice: "No es seguro que los hombros de nuestros hijos serán más anchos que los nuestros, quizá serán mas estrechos". La gente debe estar tranquila, pero quizá deberemos hacer algunos cambios para, garantizar la pervivencia del Estado del bienestar en el futuro.
P. ¿Cree que se puede rebajar. el déficit hasta el 3% en 1999 sin un recorte drástico del gasto social?
R. Sí. Podemos llegar sin necesidad de recortar las pensiones de ahora y de los años que vienen. Después probablemente iremos introduciendo cambios, como que cada año se calculen las pensiones con un ano más de antigüedad. Si ahora las pensiones se calculan sobre los 8 años últimos, se ampliará poco a poco sobre los 9, los 10, los 11, mientras se van creando nuevos sistemas para complementarlas para los más jóvenes. Si se hace bien, no pasará nada ni afectará al nivel de vida de nadie. Pero se debe hablar sería y claramente para que la gente no se asuste.
P. ¿La explicación, a la atonía del consumo es psicológica?
R. Sí. En ningún país europeo reacciona el consumo, a pesar de que la economía va bien. Y no creo que se resuelva sólo aumentando sueldos. El problema está en el paro. Lo más importante es crear empleo y más estabilidad en el trabajo. De todas formas, aunque lentamente, el consumo irá subiendo.
P. Aparentemente, los empresarios y la patronal catalana creen más en los pactos entre CiU y el PSOE y en, la propia recuperación económica que el conjunto de la patronal española.
R. Nosotros hacemos esta política porque sirve para el déficit y la inflación. Y si algún día llegamos a la conclusión de que no sirve, por culpa de quien sea o por culpa de nadie o de las circunstancias, deberemos revisar nuestra postura. Pero estos ataques contra Cataluña no son consecuencia de la política económica, sino de motivaciones estrictamente políticas. La verdad es que hay una mejora innegable de la economía española.
P. También podrían hacer esta política con el PP.
R. Nosotros no estamos casados con nadie. Ni estamos casados con el PSOE ni lo estaremos con el PP. Estamos casados con nuestro programa, que sabemos que no podemos aplicar al cien por cien y que se debe negociar con quien sea. ¡Ah! Y estamos casados con otra cosa, que es la voluntad del pueblo español. El pueblo español dijo que si alguien puede gobernar ahora es el partido socialista.
P. En noviembre pasado dio cuatro razones para no pactar con el PP: no tenía votos, no tenía programa, no era garantía para la catalanidad y no aseguraba la estabilidad. ¿Cree 'que las cuatro están aún vigentes?
R. ¿Por qué tengo que hacer elucubraciones y meterme con el PP? Mi responsabilidad ahora no es opinar sobre el PP. Es asegurar la estabilidad política, la continuidad de una política económica positiva y que se pueda ejercer la presidencia europea de forma eficaz y prestigiosa.
P. ¿Qué papel debe jugar Cataluña en esta presidencia?
R. Nosotros queremos insistir sobre determinados aspectos de, la política europea y sobre todo de la política mediterránea. La conferencia política mediterránea es del Gobierno central, pero en el tema mediterráneo hemos sido, muy pioneros y nos gustaría ver reconocido este papel.
P. ¿No hay un programa específico del Gobierno catalán para obtener cosas concretas durante la presidencia?
R. No. Sólo queremos que avancen las ideas que hemos defendido de que España y la Unión Europea tengan una política mediterránea.
P. Una vez pasada la presidencia europea, ya no habrá en consecuencia motivo para seguir con el mismo tipo de apoyo.
R. Entonces ya hablaremos. Se verá qué capacidad tenemos de aplicar ese programa en el que nos pusimos de acuerdo, cómo se ha cumplido y qué capacidad puede haber para el futuro. Y también se verá qué capacidad tiene el Gobierno de tomar las decisiones necesarias de aquí al año 1999.
P. Las encuestas muestran que nunca había habido una opinión pública catalana tan diferenciada respecto al resto de España, respecto al Gobierno, a Aznar, o a la conveniencia de las elecciones anticipadas. ¿No está costando muy caro este apoyo? ¿No se llega a un punto en el que es difícil soportar esta presión?
R. Sí, claro que es difícil. Pero no vamos a cambiar por el hecho de que algunos diarios, televisiones o radios y una parte importante de la opinión pública española se vuelvan contra nosotros. No quieren otra política, sino simplemente que haya elecciones anticipadas. Podemos abandonar al Gobierno socialista porque consideremos que ha incumplido el pacto o porque a pesar de nuestro apoyo no consiga avanzar. Pero no por miedo a las campañas. No podríamos salir nunca de casa. ¿0 es que nosotros nunca podemos tomar una postura política a escala de Estado? Lo importante es que lo entienda la opinión pública catalana y que lo expliquemos a la opinión pública española. Y una' parte muy importante de la opinión pública española lo entiende.
P. Usted también ha cambiado en algunas declaraciones y discursos recientes: ha reconocido el bilingüismo, ha hablado de España como realidad entrañable, ha dicho que la convivencia está por encima de la normalización lingüística. ¿Cómo encajan sus seguidores todo esto?
R. Bien. Nosotros más que un proyecto político tenemos un proyecto de país. "Hacer Cataluña" no es un eslogan, es la razón de ser de nuestra acción política. Y quienes participan en este pro yecto saben que la política que hacemos está en esta línea.
P. ¿Y a los nacionalistas clásicos no les cuesta entender su expresión de la España entrañable?...
R. ¿No soy yo un nacionalista clásico?
P. Sí, pero usted ha hecho una evolución ideológica.
R. A ver. España es un país plurinacional, pero la nación para mí no es España. Para mí es Cataluña. España es otra cosa, un Estado plurinacional. La historia ha creado una serie de ataduras que no son puramente administrativas y por eso utilicé este adjetivo.
P. La opinión publica en Cataluña contrasta muy fuertemente con la de Madrid. ¿No hay un elemento de autosatisfacción y una falta de sentido crítico excesivos?
R. Todos debemos luchar contra el cofoisme [autosatisfacción], pero también contra la autodisminución. Si quiere que le explique los defectos catalanes y sus insuficiencias lo haré, pero no sé si ésta es la cuestión. Usted tiene razón en que nosotros debemos ser muy autoexigentes.
P. En cualquier caso, si. alguien se pregunta quién manda en Cataluña, me parece que la respuesta es muy clara.
R. Manda mucha gente. Cataluña es un lugar donde se produce una cosa muy europea. Tenemos una sociedad civil. Además, antes la sociedad era muy piramidal, incluso la democrática. Ahora, la pirámide se rompe por todos lados. La democracia consiste en votar cada cuatro anos o cinco. Y a partir de ese momento el Parlamento legisla y la gente está representada por el Parlamento o el consejo municipal. Y esto no es así. Durante estos cuatro años la sociedad en todo momento interfiere en la vida del Parlamento y en la vida democrática. Sucede en toda Europa. Las autonomías y el poder municipal son una demostración de esto.
P. El Parlament de Catalunya, precisamente, no es una cámara con una gran vitalidad ni un gran protagonismo en la vida política.
R. Tenemos un Parlament con una vitalidad tremenda. No hay ningún parlamento autonómico que tenga el grado de control y de presión sobre el Ejecutivo como aquí. Pero tiene una insuficiencia de competencias y, a veces, la fuerza que tiene el Parlament, toda su representatividad, se lanza sobre unos asuntos en los que no hay suficiente carne.
P. El Parlamento catalán ha exculpado a Josep Maria Cullell de las imputaciones de tráfico de influencias que le obligaron a dimitir. ¿Se arrepiente de haber, aceptado su dimisión?
R. Entonces Cullell y yo creímos que era necesario. Pero cada cosa se produce en su contexto. Cuando cambian las circunstancias ya no es lo mismo. Hay momentos fugaces en que se producen decisiones que luego tienen . consecuencias duraderas, pero esto no puede alterar el concepto de las personas, y en aquel momento y ahora mi concepto de Cullell es muy Positivo y lo sigue siendo. Es un hombre joven y con mucho tiempo por delante y no debemos poner limitaciones a su futuro.
P. ¿Qué balance hace de la peripecia de Port Aventura, que acaba de inaugurar?.
R. No me gusta hablar mucho de esto porque lo importante. es que el parque se haya construido y que ahora tenga mucho éxito. Será bueno para la economía catalana y para Barcelona misma. Hubo un momento en que parecía perdido y al final, gracias a la colaboración de muchos, desde la fidelidad de Anheuser Busch hasta la labor de Macià Alavedra, que ha buscado los últimos accionistas, se ha conseguido salvar el parque.
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