El Rey pide al Ejército que asuma los recortes a sus presupuestos

El Rey exhortó ayer a los militares a seguir acatando "con generosidad" los recortes presupuestarios en favor de sectores más necesitados. Don Juan Carlos intervino en la conmernoración del 400 aniversario de la XIV promoción de la Academia General Militar (AGM) de Zaragoza, con la, que compartió su formación. En su alocución abordó cuestiones sensibles en el mundo castrense y animó a que la opinión pública se implique en la defensa nacional.Don Juan Carlos alabó ayer la generosidad del Ejército por haber acatado "los recortes presupuestarios y las limitaciones operativas que de ellos se derivaban, pensando que este sacrificio, no siempre bien comprendido por la sociedad, repercutiría favorablemente en otros sectores quizá más necesitados".

En su alocución a sus compañeros de la XIV promoción de la Academia General de Zaragoza les exhortó a ser fieles garantes de la Constitución y de las leyes, tarea que suscita "la admiración, el respeto, y el cariño de la sociedad".

Poco después de que el calor provocara el mareo de un cadete engalanado en la formación, don Juan Carlos se dirigió a sus compañeros y a los actuales alumnos para decir que "es preciso implicar de una forma definitiva a la opinión pública en la defensa nacional, haciéndola consciente de los problemas a los que nos enfrentamos y de las dificultades materiales que existen para solucionarlos". "Es necesario" -prosiguió- que arraigue con fuerza la idea de que se trata demuestra defensa, y que sólo la decidida y entusiasta participación de todos la puede garantizar".

"Sacrificio para todos"

El Rey evocó la memoria de los dos companeros que "han caído bajo la barbarie asesina del terrorismo" y la de los demás fallecidos de la promoción que en diciembre de 1955 juró por primera vez bandera. En nombre de la XIV habló su número uno, el general de brigada Gonzalo Rodríguez de Austria, quien pidió a los alumnos de la AGM "trabajo e ilusión para recoger los frutos de la profunda reestructuración que se está realizando en el Ejército" en el marco del Plan Norte, una tarea que entraña "sacrificio para todos nosotros".

El Jefe del Estado dedicó la jornada a confraternizar con sus antiguos compañeros de la General en Zaragoza, algunos (le los profesores de la época en la que estudió en este centro y otras autoridades castrenses. El. Rey estuvo acompañado por doña Sofía, que quiso sumarse a la celebración. Tras la ofrenda de un manto bordado en oro, que los componentes de la XIV depositaron en la basílica del Pilar, y besar el pedestal de la imagen de la Virgen, los Reyes se trasladaron hasta la Academia, donde se desarrollaron los actos castrenses, entre ellos la rejura de la bandera, bordada hace más de cien años por la bisabuela del Rey, la regente doña María Cristina. Con más marcialidad que algunos de sus compañeros de promoción, don Juan Carlos avanzó desde la formación hasta la enseña, para besarla casi a cámara lenta, en su condición de caballero cadete número 4.465.

Le siguieron el resto de sus compañeros, en cuyos uniformes brillaban las estrellas de cuatro y ocho puntas, algunos de ellos en la reserva (el general Lago, actual director de la AGM, lamentó que con esta retirada se estaba hurtando a las nuevas generaciones de sus conocimientos), otro en algunos de los principales puestos directivos de las Fuerza Armadas. Faltaban los muertos pero allí estaban sus viudas para en nombre de ellos, desfilar y renovar el juramento.

El momento de más emotividad coincidió, precisamente, con el toque de silencio y el homenaje a los caídos, cuando fue perceptible que el Rey no pudo contener su emoción.