Descalabro de los conservadores en las elecciones municipales británicas
Las perspectivas eran malas, pero a medida que el recuento de votos iba arrojando datos, la noche se tornó ayer definitivamente dramática para el Partido Conservador británico de John Major, que a última hora disputaba el segundo puesto a los Liberal Demócratas en las elecciones municipales de Inglaterra y Gales, en las que Londres quedaba fuera. Los conservadores arriesgaban anoche la pérdida del control en buena parte de los 70 ayuntamientos que gobernaban hasta ahora.
De acuerdo con los escrutinios de la una de la madrugada de ayer, -los colegios electorales se cerraron a las 10 de la noche hora española-, el partido en el Gobierno apenas rozaban el 24% de los votos, con los liberal demócratas pisándoles los talones tras alcanzar el 23% de los sufragios.El Partido Laborista de Tony Blair se perfilaba ya como el gran triunfador de la jornada al atraer el 49% de los votos, todo un récord, sin precedentes en la historia electoral de un partido que ayer logró el control de algunos de los feudos conservadores en el sureste de Inglaterra.
En números absolutos, estos procentajes de voto significarían para los tories una pérdida de concejales muy próxima a los 2.000, la cifra mágica considerada como el símbolo de la catástrofe absoluta.
La proyección de estos primeros resultados en unas hipotéticas elecciones generales hubieran otorgado al Partido Laborista una apabullante mayoría de 460 diputados, frente a los 96 del Partido Conservador y a los 69 de los Liberal Demócratas. Los frustrados ex concejales tories se apresuraron a cargar las culpas de la derrota al impacto de los temas nacionales en unas elecciones que, en principio, debían dirimirse sólo en el terreno de los asuntos locales.La tragedia de los conservadores queda patente en la pérdida del control en dos de los ayuntamientos considerados como claves por los analistas políticos para juzgar la temperatura anticonservadora del país: Turibridge WeIs y Trafford. Tunbridge Wels, tradicionalmente tory desde que se creó el ayuntamiento en los sesenta, fue conquistado anoche por laboristas y liberal demócratas, que empataron en número de concejales en Trafford, en el Gran Manchester, hasta ahora el único ayuntamiento en manos conservadoras dentro de las 36 áreas metropolitanas que elegían ayer a un tercio de sus autoridades municipales.
La situación se vio agravada anoche por el comportamiento más que positivo del voto liberal demócrata que terminó de arrinconar a un Partido Conservador reducido a mínimos.
Satisfacción de Blair
El líder laborista, Tony Blair, no podía ocultar su satisfacción por lo que a su juicio, no era tan sólo "una noche mala para los conservadores, sino la hora de constatar que los laboristas tienen el apoyo de amplias mayorías en todo el país".
. El partido de John Major redujo ayer su porcentaje de votos en relación con las elecciones municipales de 1991 en un 11 %, que fue a parar a manos laboristas, grupo que, según las proyecciones al cierre de esta edición, experimentaba una subida del 13% de los votos, mientras los liberal demócratas aumentaban su base en un 2%. Pero acaso lo más llamativo era el éxito laborista en localidades del corazón conservador de Inglaterra como Portsmouth o Dover, mientras lograban mantener el control de ciudades tradicionalmente suyas como Birmingham.
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