El presunto violador se escondió en un cortijo abandonado de Granada
Donato P. M., que presuntamente violó el miércoles a una vecina de Galapagar (17.000 habitantes), dos días después de salir de la cárcel, "es un enfermo", según los vecinos de su pueblo natal, Cortes de Baza (Granada), lugar donde fue detenido la noche del viernes tras luna intensa búsqueda policial (véase EL PAÍS de ayer)."Desde muy joven estaba demasiado encendío. Se quería acostar con todas las mujeres del pueblo sin importarle la edad; lo mismo le daba que fuesen viejas o jóvenes", comentan de este hombre, de 38 años, sus paisanos granadinos. Su familia, que en la actualidad reside en Galapagar, es oriunda de Cortes. El presunto violador fue detenido por la Guardia Civil en un cortijo abandonado de Cortes de Baza (3.300 habitantes). No opuso resistencia. Se refugió en su pueblo tras burlar un espectacular despliegue policial por la sierra madrileña. Medio centenar de agentes peinaron desde el miércoles, sin éxito, todo el término municipal de Galapagar. Su fotografía fue colocada en locales y gasolineras. Los investigadores pronto sospecharon que el presunto violador había roto el cerco que montaba la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil y que se había dirigido a su pueblo natal.
Llegó a su pueblo el pasado jueves, haciendo autoestop, y se escondió en unas casas abandonadas. Según fuentes de la investigación, Donato había pasado los últimos 20 años en diversas cárceles españolas condenado por delitos sexuales. De hecho, un funcionario de la prisión de Segovia había alertado al Ayuntamiento de Galapagar de su excarcelamiento y del peligro que podía representar.
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