Pujol levanta las iras del PP al criticar su avidez de poder
Las relaciones entre los nacionalistas catalanes y los conservadores cayeron ayer en un nuevo bache, después de que la noche del viernes Jordi Pujol criticase la avidez de poder del Partido Popular. Pujol comparó al PP con un niño que se relame ante el escaparate de una pastelería en la que CiU sería el cristal que impide el paso.
El líder del Partido Popular catalán, Aleix Vidal-Quadras, que hace poco intentó iniciar una recomposición de sus maltrechas relaciones con Pujol, replicó indignado ayer que es el presidente catalán quien ve el poder como un pastel o una empresa familiar. "Su hocico lleno de crema es repulsivo", espetó.
Pujol había dicho el viernes por la noche en Girona en un mitin que el día en que los votos de CiU no sean necesarios para mantener la estabilidad del Gobierno, tanto el PSOE como el PP le harán pagar a los nacionalistas el papel decisorio que tienen ahora en la política española. "Unos [los socialistas] porque les disgusta que les tengamos que ayudar", dijo Pujol. "Y los otros [los conservadores] porque están ante el poder como un niño ante el escaparate de una pastelería y nosotros somos el cristal que les separa del pastel".
Vidrios rotos
Las palabras de Pujol levantaron las iras del PP. Vidal-Quadras dijo que a Pujol le había traicionado el subconsciente. "Si se ve a sí mismo como el vidrio de un escaparate que separa al PP de la responsabilidad de gobierno", dijo el político conservador, "que tenga muy presente que el vidrio es muy frágil y que una vez roto es muy difícil recomponerlo".Vidal-Quadras aprovechó también los resultados de la última encuesta del CIS para lanzar la caballería sobre los nacionalistas catalanes. El líder del PP catalán dijo que el hecho de que el 84,7% de los catalanes encuestados desconfíen de José María Aznar demuestra que "han tenido efecto las campañas de distorsión y falsificación del mensaje del Partido Popular que ha hecho CiU a través de sus enormes medios de creación de opinión". "Pero al final las realidad se impondrá", añadió.
El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, atribuyó por su parte la desconfianza que los catalanes sienten por José María Aznar al "clima de tranquilidad y serenidad" que envuelve al debate político catalán.
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