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Un condecorado ex rector alemán resultó ser un antiguo jefe nazi

La Escuela Técnica Superior de Aquisgrán, que este año cumple 125 años de historia, se encuentra "profundamente consternada ante este grosero engaño y la masiva quiebra de confianza". El que fuera su rector entre 1970 y 1973, el catedrático de Literatura, Hans Schwerte, que en la actualidad tiene 84 años y vive retirado en el Estado de Baviera, resultó tener un pasado nazi de tomo y lomo.

Durante 50 años consiguió Schwerte vivir enmascarado bajo una identidad falsa. Su verdadero nombre es Hans Ernst Schneider y perteneció a la más tenebrosa de las organizaciones nazis, las SS, donde alcanzó un grado equivalente a comandante y trabajó en el de partamento encargado de la herencia ancestral, que se ocupaba de demostrar la superioridad de la raza ariaa base de experimentos con seres humanos. Medio siglo vivió bajo una identidad falsa, triunfó en la Alemania de la posguerra, se labró una brillante carrera académica y consiguió honores, respeto y condecoraciones. Ahora ha salido a relucir su pasado nazi y su doble identidad. Schwerte/Schneider, uno de los mayores expertos en el Fausto de Goethe, que había sido condecorado por el presidente socialdemócrata de Re nania del Norte y Westfalia, Johannes Rau (SPD), a quien asesoraba, con la gran cruz del mérito federal, y titular además de la orden de la corona del reino de Bélgica en girado de oficial, ha reconocido su pasado. El motivo de esta confesión es el acoso sufrido en los últimos tiempos, llamadas tele fónicas anónimas a su casa, y el asedio de la televisión holandesa, que andaba tras su pista.

En el Quién es quién alemán aparece Schwerte con su lista de publicaciones y condecoraciones, pero no nació en Hildesheim, sino en Königsberg, antigua Prusia oriental, y convertida tras la guerra en la soviética Kaliningrado, la patria chica del filósofo Emmanuel Kant. El periódico local Aachener Volkszeitung consiguió hablar con el desenmascarado ex SS, quien asegura que hablar de doble vida "resulta algo exagerado. Yo tengo una vida y sólo empecé una nueva. No me he duplicado". Cuenta Schwerte que quiere conservar este nombre y explica que en 1935 terminó su doctorado y tuvo dificultades, que le llevaron a ingresar en las SS y luego en el partido nazi.

En las SS, Schneider trabajo en asuntos de herencia ancestral, pero niega haber participado en experimentos humanos realizados por su jefe Sievers, "quien fue condenado a muerte por ello", y se limitó, según declara, a realizar estudios, históricos y trabajos editoriales. Asegura también Schwerte que no tenía ni idea de esos experimentos. Su actividad se realizó en Berlín, en Noruega y sobre todo en Holanda, "donde muchos holandeses colaboraron. No todos eran resistentes". No deja dé contener un toque casi perverso el hecho de que el Gobierno socialdemócrata del Estado le hubiese nombrado comisionado para las relaciones universitarias entre Renania-Westfalia y los países vecinos Bélgica y Holanda, precisamente el escenario de su actividad como oficial nazi de las SS. La Escuela Superior de Aquisgrán oculta a duras penas su vergüenza ante el escándalo, pero representantes académicos aseguraron ayer a este periódico que en las altas esferas universitarias ya conocían el pasado de Schwerte, pero que habían preferido esconderlo y barrer la basura debajo de la alfombra.

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