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Tres congresistas republicanos pidieron que no se reprimiera a las bandas de ultraderecha de EE UU

Antonio Caño

Mientras la investigación sobre el atentado de Oklahoma va poco a poco demostrando la existencia de un compló planeado desde hace meses, el diario The Washington Post informó ayer que el mismo congresista republicano que había recibido un fax de la Milicia Michigan relativo a la matanza había intervenido anteriormente ante el Gobierno norteamericano para que no tomara acciones represivas contra las bandas, paramilitares de extrema derecha.Según el mismo diario, Steve Sotckman, representante por Tejas, y al menos otros dos republicanos miembros de la Cámara baja escribieron en marzo cartas a la fiscal general, Janet Reno, en las que le pedían que el FBI no actuara contra las milicias.

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Steve Stockinan reconoció ayer, en declaraciones a la televisión, que había enviado esa carta, pero aseguró que lo había hecho únicamente atendiendo a la solicitud de algunos ciudadanos de su distrito electoral y "con el ánimo de evitar el derramamiento de sangre". Un portavoz de la oficina de Stockinan negó que eso suponga relación alguna entre el congresista y las milicias. Los otros dos diputados mencionados por The Washington Post (Larry Craig, de Idaho, y Lauch Faircloth, de Carolina del Norte) no hicieron ayer comentarios al respecto.Estas revelaciones se producen en un momento en que se detecta en Estados Unidos una fuerte polarización política como consecuencia de la implicación de la extrema derecha en el atentado de Oklahoma. El presidente Clinton llamó en un discurso pronunciado en la noche del lunes a acabar con 1as voces amargas" que "extienden el odio y la división", en referencia a las emisoras que difunden el pensamiento y las reivindicaciones de las milicias.

La intervención del diputado Stockman se produjo el 22 de marzo pasado a raíz de un rumor surgido en el entorno de las milicias de que el FBI preparaba una acción l contra ellas para los días 25 o 26 de marzo. El rumor, según The Washington Post, circuló ampliamente desde febrero a través de Internet, la red informática que los paramilitares utilizan para comunicarse.

El diario afirma que Neil Watt, dirigente de la milicia de Tejas Infantería Ligera, transmitió su preocupación al congresista Stockman, y éste envió una carta a Janet Reno en la que citaba a "un cierto número de fuentes fidedignas". "Un ataque de estilo paramilitar contra ciudadanos que no suponen riesgos para otros, incluso aunque se les pueda imputar violaciones de las leyes criminales, podría acarrear el riesgo de una ruptura irreparable entre el Gobierno federal y el público, especialmente si se convierte en un mal considerado, peor preparado y sangriento fiasco como Waco", advertía Stockman en su mensaje a la fiscal general, en referencia a la ocupación de la sede del grupo Rama Davidiana, en la que murieron 80 personas.

Steve Stockman había recibido cerca de una hora después del atentado de Oklahoma un fax de un dirigente de la Milicia Michigan en la que le daba, al gunos detalles sobre la explosición. La oficina de Stockman distribuyó ayer un mensaje del FBI en la que ése cuerpo le daba las gracias al congresista por haberle pasado el fax "inmediatamente después de la bomba de Ok1ahoma".

Aunque la policía no ha hecho todavía más detenciones en relación con este caso, además de los de Timothy McVeight y los hermanos Terry y James Nichols, que ayer fueron acusados formalmente de compló, fuentes próximas a la investigación citadas por el diario The New York Times aseguran que la conspiración va mucho más lejos de "un acto impulsivo de McVeight y de una banda de renegados descontentos". "Algunos funcionarios creen", afirma el diario, "que el ataque fue cuidadosamente preparado para hacerlo coincidir con el segundo aniversario del asalto en Waco, tras meses de preparación".

The New York Times publica que "algunos informadores dudan de que McVeight tuviera la capacidad para haber organizado semejante compló". La policía considera que muchas de las incógnitas actuales pueden resolverse con la detención del segundo sospechoso en este caso, el hombre identificado como John Doe número dos.

El secretario de Defensa, William Perry, recordó ayer que "los miembros en activo de las Fuerzas Armadas no están autorizados a pertenecer o a participar en organizaciones extremistas o que propagan la violencia". El portavoz del Pentágono, Kenneth Bacon, dijo que Perry "pedirá hoy a todos los jefes de servicio que envíen mensajes recordando sus instrucciones".

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