Pisos y votos
Tengo que comprarme un piso., El mercado me oferta distintas posibilidades. Me gusta uno que es grande, luminoso y céntrico, pero es muy caro. Hay otro más barato, la mitad para ser exactos. Pero me pilla lejos y es triste. Me pasa con los pisos y el mercado lo mismo que al señor Mosterín con la democracia y los programas de los partidos: no hay ninguno que me guste del todo -y algunos no me gustan nada. Mi problema es que necesito un piso. He visto uno no muy alejado, algo pequeño pero suficiente y, eso sí, muy alegre y, aunque no es barato, es asequible. Creo que lo voy a comprar. Como también necesito esta, di gámoslo, imperfecta democracia, votaré el próximo 28 de mayo. Quizá ' en el futuro algún partido ofrezca en su programa pisos baratos y bonitos. Mientras tanto, qué le vamos a hacer, pediré un crédito. Por cierto, qué caros todos. Pero quizá el señor Mosterín, cuando habla del mercado, se refiere a marcas de salchichas y no a créditos para comprar pisos-
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