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Entrevista:

"Los santos pueden perdonar, pero nosotros somos humanos"

Miguel González

"Cuando escuché que habían atentado contra Aznar, me re cordó absolutamente todo lo que ocurrió aquel día. Gracias a Dios para él que no le pasé nada. Cada uno tiene su momento des tinado. Si [la explosión] le hubiese dado en el centro del coche, desde luego no le habría valido de nada el blindaje". Para Ama lia Altenburg, viuda del teniente general Francisco Veguillas, director general de Política de Defensa, el tiempo se detuvo el pasado 29 de julio, cuando un coche bomba como el utilizado el miércoles por ETA contra el líder del PP, mató a su marido y privó de sentido a su vida.

Pregunta. ¿Le diría algo a Aznar si lo tuviera delante?.

Respuesta. Sí. Que a ver si acaban de una vez con la ETA. Y que es imposible entender. cómo un partido terrorista está legalizado. Yo no lo puedo entender.Los que alientan son tan culpables como los otros. Exactamente igual.

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P. ¿Nunca pensó que pudieran matar a su marido? También el vicealmirante Escrigas, que ocupó el mismo cargo, fue asesinado...

R. La verdad, jamás. Yo siempre le decía que tuviese cuidado, pero no me lo podía imaginar. Como que todavía no me lo puedo creer. Los sábados me acompañaba a la compra y nunca pensé que pudieran pegarle cuatro tiros., A veces pienso..., .¡qué poca vigilancia hubo!... tan cerca de Capitanía. ¿Qué hacía aquel coche allí?... ¡Si hemos estado al lado. de ellos! ¡Si nos los hemos cruzado por la calle! Seguro.

P. ¿Alguna vez comentó que podía sufrir un atentado?

R. A mí no. Por lo visto, estaba amenazado desde 1986, pero no me lo iba a decir.

P. ¿Cómo se enteró de su muerte?

R. Estaba en la habitación. Acababa de levantarme. La noche anterior había llovido un poco. Oí la explosión y pensé: ";¿qué es esto? ¿no serán truenos?"Abrí la persiana y hacía sol. Entonces cogí la radio y, cuando dijeron que era en la Plaza de Ramales, me fui, para allá., Me lo sospechaba, porque era la ruta que seguía él.- Pero no me dejaron llegar. Me paró un teniente coronel. Me dijo: "No, no sé lo que pasa". ¡Claro que lo sabía! Y añadió: "Creo que el coche del teniente general ya ha pasado". Yo me lo creí, porque uno se aferra siempre a la esperanza.

P. ¿Se puede superar la muerte de un ser querido en un atentado?

R. Jamás.

P. Pero la vida sigue...

R. Porque no queda más remedio. Pero es todo el día dándole vueltas a lo mismo... Nunca se supera. ¿Cómo diría yo?, Si una persona muere en accidente de tráfico o de enfermedad, porque todos nos tenemos que morir, el resultado es el mismo, pero no la circunstancia. Eso, de que fueran a por él... porque iban a por él, día tras día, y si no lo hicieron antes es porque no encontraron el momento o no pudieron. Eso no se puede asumir.

La señora de Escrigas me decía que todavía está oyendo los tiros, después de diez años. Y hay un chico, el hijo de un marino al que también mataron, que está en contra de su madre, de su familia, de todos, porque no lo admite.

P. Hay que salir adelante...

R. Vivir se. vive, pero ya no hay estímulo para nada. Por ejemplo, piensas "haré esto" ¿para qué?, "comentaré esto", ¿con quién?, ya no hay con quién comentar, ya no hay nada, ni siquiera pequeñas cosas, pequeñas ilusiones. Claro, uno vive, ¿qué va a hacer?, pero no... Y sobre todo, la impunidad con que lo hacen. Eso no lo soporto. Sí, mucha historia después, las mismas frases de siempre, pero hay que actuar. Tener valor.

P. Al general, con 68 años, le faltaba poco para retirarse...

R. Se pensaba retirar este año. No quería quedarse eternamente. La prueba es que teníamos que arreglar la casa y lo íbamos aplazando. "Ya lo haremos cuando me retire" me decía. ["Él se quería retirar a tiempo", añade Isabel, la secretaria de Veguillas, a la qué Amalia ha pedido, que le *acompañe. en su primera cita con un periodista, temerosa de que le sea imposible hablar de su mando sin que la voz se le quiebre a cada instante. "El general no quería hacerse pesado explica. "Pensaba preparar el relevo y alguna cosa escribimos sobre éso. García Vargas le dijo: tú estarás conmigo mientras quieras. Pero no le dejó marchar

P. Quizá por eso su relevo se produjo tan rápido. Su muerte no tuvo más efecto que el dolor causado a quienes _le querían..

R. Eso es lo que pretende la ETA, nada útil. Los terroristas son terriblemente cobardes, van a hacer daño porque sí. No se puede esperar otra cosa de ellos.

P. ¿Qué es lo que más echa de, menos?

R. Su compañía. Mucha gente nos tenía por siesos, pero lo cierto es que nos los pasábamos divinamente. Nos reíamos de todo y de nosotros mismos.

P. ¿Podrá algún día perdonarlos?

R. No se puede. Ni perdonar ni olvidar. Los santos perdonan, pero nosotros somos humanos.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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