Las banderas regionales

A los 12 años de la generalización autonómica no hay ningún gobierno regional sin bandera reivindicativa. El agravio comparativo es la fórmula más común. Asturias denuncia la marginación de la Cornisa Cantábrica, antes, próspera y hoy en declive, por encima del singular Juan Hormaechea, el presidente cántabro que ha sabido explotar el victimismo. La Rioja acusa al País Vasco y Navarra de robar inversiones con los beneficios fiscales del concierto económico.El régimen fiscal se ha convertido también en la bandera del presidente balear, Gabriel Cañellas, del PP, que aproxima su discurso al del nacionalista Miguel Hermoso, que gobierna las Canarias.

Pero es el reparto del agua la fuente del mayor conflicto, que enfrenta a cuatro presidentes socialistas: los de Castilla-La Mancha, Valencia, Aragón y Murcia. Los dos primeros se enfrentan, además, por el cierre de la autovía Madrid-Valencia a través de las Hoces del Cabriel.

La peligrosa confrontación entre comunidades ricas y pobres, con el anticatalanismo como bandera, ha sido un recurso muy minoritario. Lo inició el extremeño Rodríguez Ibarra, del PSOE, con la polémica sobre el 15% del IRPF, y le ha tomado el relevo el castellano-leonés Lucas, del PP, en el terreno cultural.