Huérfana
En el año 1992, mi hijo y su esposa trabajaban: ella en un banco, él en un organismo oficial. Pero ella, entonces, muere como consecuencia de un accidente laboral, y mi hijo -aun trabajando- percibiría durante el resto de su vida una pensión, consecuente al triste hecho referido, y su hija solamente hasta la edad de 18 años.Ahora ha muerto mi hijo, y nú nieta, con consideración de "orfandad absoluta" sólo tiene derecho a vivir dignamente hasta alcanzar los 18 años. Ahí dejará de percibir todo apoyo, y en el momento más necesario se le niega poder realizar unos estudios universitarios... y los puestos de trabajo no están a la vuelta de la esquina. Aida, que así se llama la niña, no tiene futuro, y a mi nieta le ha robado el futuro la injusticia social. Y ya no es sólo mi nieta, andan por ahí muchas Aidas y muchos chavales en condiciones semejantes.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.