Borrell culpa al Gobierno balear de la pérdida del agua trasvasada del Ebro

El ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, José Borrell, declinó ayer cualqui er responsabilidad del Gobierno en la pérdida de los 30.000 metros cúbicos de agua trasvasada desde el río Ebro hasta Mallorca, desechada por su sabor a pintura, y señaló que el Ejecutivo balear, como Administración encargada del transporte, era la responsable de "este incidente". "El papel del ministerio se ha limitado a construir las instalaciones de bombeo desde el buque cisterna hasta la red de suministro y en impulsar una ley que autoriza este transporte, por lo que no me pidan que asuma responsabilidades que no son mías" dijo Borrell.

El ministro indicó en Málaga, donde visitó diversas obras de infraestructura para hacer frente a la sequía, que el Gobierno balear fue el encargado de contratar la naviera que debía efectuar el transporte las condiciones técnicas del almacenamiento del buque anclado en el puerto de Palma e "incluso del momento en el que se ha efectuado la primera travesia", asi como todas las circunstancias que han concurrido en ella". "Quien deberá contestar sobre lo que ha pasado", aseguró Borrell, "tiene que ser la Administración competente en esta materia y, por tanto, responsable, que no es otra que el Gobierno autónomo insular". El ministro rechazó las críticas de la oposición por este incidente, recordando que el Ejecutivo balear está presidido por el Partido Popular.

Magnificar un incidente

"No sé más de lo que he leído en los periódicos, ni pretendo saber más en la medida en que es otra administración la que asume la competencia, los costes, la planificación y el transporte", sentenció. Borrell consideró que el hecho de verter al mar este primer cargamento de agua después de que el líquido se impregnara del disolvente usado en la pintura de los depósitos de la embarcación es "un incidente que no hay que magnificar", ya que podría correrse el riesgo de que fuera "aprovechado por los que mantienen una oposición teológica" a los trasvases de agua.

El ministro admitió que estos trasvases son "notablemente caros", ya que el coste final del metro cúbico trasladado desde el Ebro hasta Mallorca supera las 270 pesetas, por lo que "sólo está justificado para situaciones excepcionales, de corta duración y para las que no hubiese una alternativa". Según Borrell, el coste del agua desalada, incluyendo la inversión necesaria e incluso la repercusión sobre la tarifa eléctrica se sitúa, por contra, entre las 120 y las 150 pesetas por metro cúbico.

Ante este primer intento fallido de abastecer a la población de Mallorca con un cargamento de líquido transportado en barco Borrell eludió pronunciarse sobre si se van a repetir: "Habrá que preguntárselo al Gobierno balear, porque nosotros nos hemos limitado a aprobar la ley que lo permite y ellos deben ser quienes lo lleven o no a cabo".

Loyola de Palacio, diputada del Grupo Popular, acusó ayer a Borrell de "precipitación electoralista" por querer "apuntarse una medalla" al asistir la semana pasada a la llegada del buque Móstoles a Mallorca.

Restricciones

Borrell dijo ayer en Málaga que ha ordenado a las autoridades portuarias de Málaga, Cádiz y Huelva que hagan las obras necesarias para cargar y descargar buques cisternas. El ministro aseguró que se trata de una medida preventiva que espera no tener que utilizar, porque "actualmente está garantizado el suministro de agua a la Costa del Sol este verano". La visita de Borrell coincidió con la vuelta a las restricciones en el suministro en la Costa del Sol, Granada y Cádiz tras la Semana Santa. Una situación a la que desde esta madrugada se han sumado los vecinos de Torremolinos (Málaga) -unos 33.000 habitantes- con seis horas de cortes en una localidad que en verano multiplicará por cinco su habitual número de habitantes.