100 años de historia

Los tres oradores nacionalistas que tomaron ayer la palabra en Irún (Guipúzcoa), Joseba Egibar, José Antonio Ardanza y Xabier Arzalluz, dejaron de lado la próxima contienda electoral municipal. Los tres se negaron a entrar al trapo de la corrupción y de las intrigas políticas de Madrid, y dedicaron gran parte de su discurso a hablar de sí mismos, de sus ideales y de sus proyectos para el futuro.El PNV cumple el próximo 31 de julio 100 años de historia, desde su fundación por Sabino Arana. Por eso el portavoz de la dirección, Joseba Egibar, comenzó su discurso en euskera anunciando que en el Aberri Egúna no iba a hablar de la Guardia Civil, sino de cómo "construir la patria vasca día a día".

El lehendakari, José Antonio Ardanza, quien ante los aplausos obligó a un entumecido Arzalluz a levantarse para saludar a los simpatizantes reunidos en el frontón guipuzcoano, también pasó por encima de los escándalos, la crispación y la "atmósfera de confusión" que, según los peneuvistas, reina de Pancorbo para abajo.

En su intervención sí hubo sitio, sin embargo, para censurar a los que se han dejado rodear por un "ardor centralista y españolista que hasta el Estatuto de Autonomía de Gernika les resulta rupturista y separatista".

Delante de la fotografía del almendro en flor, que junto al lema del PNV, Experiencia y futuro, sirvió de fondo a los tres dirigentes nacionalistas, Ardanza señaló las claves que deberían mover a su partido durante los próximos 100 años: nacionalismo y democracia.

"Nacionalismo para afirmarnos como nación y democracia para permitir que todos se sientan cómodos en ellas", dijo en un discurso plagado de referencias integradoras.

"Democracia para decirles a todos los ciudadanos vascos que tampoco a ellos les vamos imponer un sentimiento nacionalista de patria, que Euskadi será su patria sólo si ellos, libremente, quieren abrazarla como tal", aseguró.