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El intento de que Mitterrand haga campaña por Jospin abre otra crisis entre los socialistas

Si el socialista Lionel Jospin logra alcanzar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el mérito será personal, porque está solo frente a la derecha y frente a sus presuntos amigos del Partido Socialista (PS), con los que el jueves tuvo el roce más grave de la campaña. La causa: François Mitterrand. Después de esforzarse para marcar distancias respecto a la herencia mitterrandista, se enteró de que la dirección del PS suplicaba a Mitterrand que entrara en campaña. "Deben haberlo hecho con buena intención", comentó, pensando evidentemente lo contrario. "Yo no le he pedido nada", agregó Jospin

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El presidente quiere irse pronto

El secretariado y el consejo nacional del PS se reunieron el miércoles por la noche y concedieron, por unanimidad, un mandato a Henri Emmanuelli, primer secretario y rival de Jospin en las elecciones internas para la candidatura, para que éste intercediera ante Mitterrrand y le rogara "una intervención directa en la campaña electora en palabras de Jean Glavany, secretario nacional del partido.La decisión fue profusamente difundida, pero el último en enterarse fue Jospin. Un miembro de su reducido' entorno dijo el jueves que el candidato se había sentido "furioso": "Le han tratado públicamente [a Jospin] de inútil, de incapaz de manejar su propia campana , y han dado una imagen de pánico que nos compromete a todos. Con un solo acto irresponsable han puesto en peligro un buen puñado de votos. Son peores que la derecha", afirmó la misma fuente. Jospin, por su parte, comentó con sarcasmo que "el propio Emmanuelli habría preferido, seguramente, que todo esto hubiera sido un poco más discreto".

Mitterrand no respondió a la petición del PS, indudablemente consultada con él antes de la reunión del secretariado del partido. En medios socialistas se comentaba el jueves que "probablemente" el presidente intervendrá en la campaña en los próximos días, y se sugería una fecha y un lugar: el jueves próximo, en el Panteón. Ese día entrarán en el gran mausoleo de la República los restos de la científica Marie Curie. Y ahí fue donde Mitterrand inauguró su presidencia, en 198 1, con un homenaje al patriarca socialista Jean Jaurés. La ocasión será simbólica.Jospin se encuentra en un momento crítico. 41 primer ministro-candidato Édouard Balladur sigue pisándole los talones, según los sondeos. Uno u otro quedará eliminado en la primera vuelta, dado que el gaullista Jacques Chirac parece tener garantizada la victoria, siempre según los sondeos, en la gran criba del próximo día 23. En tales circunstancias, la interferencia del PS fue muy inoportuna.

La sensación de que Jospin desaprovecha a Mitterrand está, sin embargo, muy extendida dentro del PS. Pese al relativo desprestigio del presidente, su carisma sigue siendo insuperable. El semanario prosocialista Le Nouvel Observateur recoge en su número de esta semana unas declaraciones en ese sentido de Pierre Mauroy, el hombre al que Mitterrand escogió como primer ministro tras su victoria de 1981. Poco sospechoso de pertenecer a la corriente mitterrandista del PS, Mauroy señala que el esfuerzo de Jospin por desmarcarse del viejo presidente es "un error táctico sumado a un pecado político", ya que el balance de Mitterrand "permanecerá en la historia del siglo".

El diario Infomatin, propiedad de André Rousselet, que junto a Roland Dumas es el más íntimo amigo de Mitterrand, publicó el jueves una amplia información con un titular muy significativo: "Los elefantes del PS se burlan de la campaña presidencial de Jospin". En el texto se afirmaba que el PS da por perdida la presidencia y sólo está interesado en las municipales de junio y en las próximas legislativas, que pueden ser convocadas inmediatamente después de las presidenciales si, como parece posible, el nuevo inquilino del Elíseo disuelve la Asamblea Nacional tras su toma de posesión.

Jospin obtuvo el miércoles un apoyo ausente desde el principio de la campaña: el de Jacques Delors, quien justificó por un ataque de ciática su largo silencio, sólo roto hace una semana para criticar la falta de empuje del candidato socialista. "Es el candidato ideal", dijo de Jospin el sabio de Bruselas y añorado no-candidato, en un mitin en Toulouse. "Tiene la envergadura de un hombre de Estado", añadió.

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