Pesadilla

A quien crea que la muerte de un familiar es suficiente desgracia para un solo día le ofrezco la siguiente pesadilla.En la madrugada del día 9 de enero recibo una llamada de mi madre desde Alemania avisándome que mi único hermano está agonizando, circunstancia confirmada por el hospital en el que fue ingresado el día anterior. Aun a tan tardía hora consigo confirmación en el vuelo IB-3528, del día 9 de enero a las diez de la mañana, con destino a Düsseldorf, indicándome en reservas que debo presentarme a la facturación no más tarde de las 9.00 horas. Llegando al aeropuerto sobre las 8.45 me encuentro con la sorpresa de que no quedan plazas en dicho vuelo, lo mismo que a otras muchas personas que protestaron airadamente. Explicando mi problema personal sólo consigo un "no pretenderá que levantemos a alguien para sentarla a usted", la oferta de una compensación económica y traslado en vuelo de KLM a Amsterdam a las 11.30.

La KLM sale puntual, pero es lo único con lo que cumple. Llegando a Amsterdam resulta que el vuelo de enlace con Düsseldorf, con salida prevista a las 14.30, tiene "problemas técnicos", circunstancia que sólo se comunica a los pasajeros, que, molestos por el retraso, requieren una explicación al personal de KLM que se encuentra en la sala de espera. El traslado a Düsseldorf se efectúa en autocar sin ofrecer a los viajeros un eventual vuelo posterior ni, por supuesto, compensación de ningún tipo. El autocar no se presenta hasta las 15.30 horas. Las "dos horas" de viaje asegurados se convierten en casi cuatro, y, por fin, a las 19.15 horas llegamos a la terminal de Düsseldorf. Quien piense, no obstante, que con esto acabó la odisea, está en un error, pues la KLM perdió mi maleta temporalmente. Reclamando en taquilla, me aseguran que se encuentra en Amsterdam y que el día siguiente me la mandarían a Hagen, mi destino final, al que llegué cerca de las 12.00 horas, promesa que fue cumplida.

Mi hermano falleció el día 9 a las 12.53 horas y el único consuelo que me queda es que no podría haber llegado a tiempo para verle vivo ni cogiendo el vuelo previsto. No obstante, habría estado al lado de mi madre, la cual, debido al descarado overbooking de Iberia, tuvo que afrontar semejante tragedia completamente sola.-