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Muere un vigilante jurado en un intento de atraco con una bomba-lapa a un furgón blindado en Vigo

Un vigilante jurado murió y dos resultaron dos en el atraco frustrado a un furgón dado poco antes de la medianoche del sábado en un barrio de la periferia de Vigo. Los asaltantes utilizaron armas largas y un explosivo cuya onda expansiva, pese a destrozar el cuerpo de uno de sus ocupantes, no logró desbloquear la puerta derecha del vehículo. Aunque sus características recuerdan algunas acciones de los GRAPO -la última, también fallida, en noviembre de 1994 en Granollers (Barcelona)-, fuentes policiales atribuyeron los hechos a delincuentes comunes, y el, gobernador de Pontevedra, José Álvarez de Paz, concretó que se trata de una banda internacional con conexiones en España y Portugal.

Dos individuos, apostados en medio de la carretera, encapuchados, con guantes negros y ropa deportiva, abrieron fuego sin mediar palabra contra el parabrisas del furgón de Prosegur, que se dirigía a su sede en Vigo, próxima al lugar de los hechos, muy cerca de la fábrica de chocolates Sabú. El vehículo transportaba la recaudación del hipermercado Alcampo, ubicado a pocos metros, en la avenida de Madrid, y cuya cuantía, distribuida en tres sacas, podría ascender a unos 200 millones de pesetas.

La zona elegida para perpetrar el asalto corresponde al barrio de Moledo, irregular, entre rural y urbano, con casas unifamiliares y numerosas naves comerciales, salpicado de monte y cruzado por un laberinto de carreteras tortuosas. Estas circunstancias, con la nocturnidad, lo favorecían. Previamente, los malhechores habían cortado el tráfico atravesando un coche en la calzada donde pensaban actuar.

Los disparos de los atracadores -se hallaron casquillos de 7,62 milímetros de la marca FNM, de origen portugués detuvieron el blindado. "Fue un error del conductor", según fuentes policiales; "si hubiera seguido, parapetado en el propio auto, no les habría dado ocasión a colocar el explosivo". Al detenerse, uno adhirió a la puerta derecha un artefacto plástico que estalló de inmediato y abríó un boquete en la carrocería, pero sin desbloquear aquella.

En el, interior del furgón viajaban tres vigilantes jurados. José Rolando Mosquera, de 35 años, casado y padre de dos hijos de 14 y 9, resultó destrozado por la onda expansiva. Benito Silva Novoa, de 63, fue herido de pronóstico muy grave en las piernas. Manuel Gayoso Álvarez, también de 63, sufrió una herida menos grave en una rodilla. Ambos fueron operados en el hospital vigués Xeral.

Los malhechores emprendieron la huida cuando comprobaron que no habían cumplido su objetivo de desbloquear la puerta y algunas personas acudían atraídas por el ruido. Según éstas, utilizaron para escapar un coche de color rojo, tal vez un Peugeot 205. La profusión de carreteras impide conocer la dirección exacta en que lo hicieron.

En junio de 1994 se produjo en el mismo sitio un intento de atraco similar. Los disparos no intimidaron al chófer, que no dejó de pisar el acelerador. Entonces ya se barajó la posible autoría de los GRAPO. Ahora, Sin descartar esa hipótesis, fuentes policiales consideran más verosímil que se trate de delincuentes comunes "por el origen portugués de la munición y el modo chapucero de la operación", así como por la localización en un monte cercano al aeropuerto de un coche robado en Barcelós (Portugal) y destrozado por una explosión.

En cualquier caso, tampoco habría sido el primer fracaso de los GRAPO. En noviembre pasado, en Granollers, no se salieron con la suya tras interceptar otro furgón y colocar una bomba-lapa en un cristal, que sólo se astilló. En esa acción intervino su dirigente histórico Fernando Silva. Desde enero de 1993, los GRAPO han robado en dos furgones y una sucursal bancaria. En abril de ese año murieron tres terroristas en Zaragoza al estallar su artefacto cuando forcejeaban con el chófer de otro furgón.

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