Roldán presenta a la juez cartas de la cúpula de Interior para justificar su dinero en Suiza

Luis Roldán pretende que la juez considere como institucionales dos de sus cuentas suizas, que habrían movido 1.500 millones de pesetas. Según su versión, apoyada en cartas de Interior de 1993, eran fondos reservados para negociar con ETA y fueron devueltos antes de su huida. Pero esta interpretación es cuestionada por Interior. Los abogados de Roldán han pedido, según la Cadena SER, que declaren los ex ministros Corcuera y Asunción; el director de la Guardia Civil, Ferrán Cardenal; el ex secretario de Estado Rafael Vera y su secretario, Juan de Justo.

La maniobra jurídica de Roldán se apoya en que antes de su huída -el 6 de diciembre de 1993comunicó por escrito su disposición a entregar las cuentas suizas a su sucesor en la dirección de la Guardia Civil, Ferran Cardenal, y a José María Ángel Batalla, secretario del entonces ministro del Interior, Antoni Asunción. Cardenal y Batalla, según las cartas que manejan los abogados de Roldán -redactadas de forma muy ambigua- dieron por hecho que tales cuentas suizas -700356ZNM y 701262BR- eran de "fondos reservados".Fuentes próximas al ex secretario de Estado Rafael Vera reconocieron hace unos meses que Roldán "engañó" a altos cargos de Interior al conseguir "disfrazar" como institucionales cuentas personales. Según esta versión, cuando se intentó recuperar el dinero suizo de Roldán se comprobó que las cuentas habían sido vaciadas. La defensa del ex responsable de la Guardia Civil, a través de un recurso, plantea ahora involucrar a la cúpula de Interior no sólo en la asunción de tales cuentas, sino en su presunta devolución, hecho tajantemente desmentido por Asunción.

La supuesta devolución del dinero, siempre según la versión de Roldán, se habría realizado a través del intermediario suizo Jack Pierre Aberlé -que ha negado su intervención en tales hechos-, quien habría trasladado el dinero a España en divisas extranjeras y en cheques de viaje por un importe aproximado de 200 millones de pesetas. El intermediario habría cobrado un 8% en concepto de comisión.

Roldán asegura que el 26 de enero de 1993 Aberlé entregó en efectivo a Interior los saldos de dichas cuentas suizas en un dinero adelantado por este testaferro ante la imposibilidad de hacer efectivo en Madrid las transferencias al Aresbank. Sin embargo, las transferencias Ginebra-Madrid desde dichas cuentas de Roldán se seguían produciendo días después de que supuestamente hubiera entregado el dinero de unas cuentas "canceladas". Hay transferencias que datan del 31 de enero y del 22 de febrero.

Según medios jurídicos, que dudan de la supuesta devolución, tales cuentas no fueron nutridas con fondos reservados, sino con comisiones por adjudicación de obras. Mandos de la Guardia Civil niegan que esas cuentas hayan sido usadas bajo su mandato para pagar operación alguna, y afirman que su monto indica que su procedencia no es de fondos reservados.

En la investigación hay un rosario de elementos para cuestionar la versión de Roldán. El monto hace improbable que el origen fuesen los fondos reservados. La Guardia Civil recibía anualmente apenas 65 millones de pesetas para sus operaciones, lo que haría inviable tal procedencia. Tampoco la secretaría de Estado de, Interior aportó tales partidas de los casi 700 que recibía, según confirman personas que tuvieron entonces tal responsabilidad. Además, Blanca Rodríguez, esposa de Roldán, es cotitular de una de las dos cuentas pretendidamente institucionales, en concreto de la 701262BR, abierta el 1 de enero de 1992. Y Luis Javier Roldán Cimorra, hijo de Roldán, es cotitular de la tarjeta American Express vinculada desde el 25 de abril de 1988 a la otra cuenta.

Buena voluntad

Roldán presenta como acto de buena voluntad la entrega de estas cuenta. El 16 de mayo de 1994 tales cuentas fueron bloqueadas por el juez suizo Paul Perraudin. En la cuenta 700356ZNM existe un saldo de 0,24 dólares (unas 30 pesetas) y en la 701262BR 46.083 francos suizos (unos cinco millones de pesetas). Habían sido vaciadas previamente entre el 13 de enero y el 22 de febrero de 1994.

Fuentes de la investigación sostienen que estas cuentas suizas nunca fueron utilizadas para pagos de la seguridad, como lo prueba que fueron cuentas depósito altamente remuneradas y que que las dos únicas salidas acreditadas se refieren a la compra por Roldán del chalé de San Bartolomé y del piso de París. Sin embargo, la justicia española aún no dispone de los extractos de los ingresos de tales cuentas, elemento solicitado sin éxito hace un año al juez Perraudin, y que resultan imprescindibles para el origen de tales sumas. Estas fuentes sospechan que las reticencias de Perraudin a investigar tales cuentas han podido ser alimentadas por el error de Cardenal al asumir que eran cuentas oficiales.