Un tribunal de París sepulta la carrera política de Bernard Tapie.

La trayectoria del populista y carismático Bernard Tapie parece haber llegado a su final: la Sala Tercera (comercial) del Tribunal de París confirmó ayer que Tapie respondía personalmente de la quiebra de cuatro de sus sociedades mercantiles y que, en la medida en que no disponía ni del dinero ni de la capacidad para conseguir créditos que le permitieran afrontar las deudas, perdía también su escaño como diputado, en el Parlamento Europeo.

El político y empresario perderá también sus cargos dentro de los organismos franceses de representación regional, ya que la sentencia le obliga a dimitir de todos ellos. Además, Tapie pasa ahora a ser ineligible durante los próximos cincos años, con lo que su porvenir político aparece ya quizás tan oscuro como su presente de especulador. A Tapie, que ha presentado recurso, le queda una última y remota esperanza: que el primer ministro o el titular de Justicia decidan que la sentencia, que ya es firme, permanezca suspendida mientras se falla el recurso.En cualquier caso, los embrollos de Tapie no son los más graves que debe afrontar el ministro de Justicia, Pierre Mehaignerie, que se ha visto obligado a ordenar una investigación sobre la supuesta financiación oculta del Centro de Demócratas Sociales (CDS), un partido en el Gobierno del que era presidente el propio Mehaignerie. Según una información publicada por Le Canard Enchainé, el CDS habría financiado la compra, y posterior venta, de su lujosa sede en París con dinero procedente de una caja negra localizada en Suiza.

Por otro lado, Jacques Chirac, el candidato que encabeza todos los sondeos sobre las presidenciales, también aparece implicado en un trato de favor que le ha permitido conservar en París un piso de alquiler por un precio que equivale a una cuarta parte de los que rigen en el mercado. La sociedad que se lo ha permitido fue creada desde el Ayuntamiento de París, cuyo alcalde no es otro que el propio Chirac.