Un jefe de Hezbolá muere alcanzado por un misil israelí en el sur de Líbano

Los enfrentamientos en la última frontera activa del conflicto árabe-israelí se cobraron ayer tres muertos y varios heridos. Un comando de la guerrilla proiraní de Hezbolá (el Partido de Dios) atacó una posición del Ejército israelí en el sur de Líbano. Como consecuencia del ataque un soldado israelí perdió la vida y otro resultó herido. La respuesta no se hizo esperar. Un misil lanzado por un helicóptero israelí alcanzó el automóvil en que viajaba Rusa Yasim, de 48 años, jefe militar de Hezbolá en la región, que murió en el acto. El contragolpe libanés fue inmediato: 30 misiles Katiusha cayeron sobre la Galilea israelí, al norte del país. En el ataque, reivindicado por Hezbolá, hubo un muerto y seis heridos. Como respuesta, fuerzas aéreas israelíes ametrallaron la zona de Tuffah, al sur del Líbano, causando siete heridos.

Los incidentes de la frontera norte coincidieron con un importante discurso del primer ministro israelí, Isaac Rabin, en Tel Aviv, en el que se reafirmó en su tesis de que el terrorismo ya no amenaza la existencia de Israel, pero sí "es el principal obstáculo para la paz", según informa Víctor Cygielman.

El primer ministro, en su alocución de una hora, no dijo una palabra de Siria. Pese a ello, informaciones confidenciales procedentes del Gobierno indican que el clima ha mejorado entre los dos países. El presidente sirio, Hafez el Asad, dijo al secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, en su reciente gira por la zona que permitiría la apertura de una embajada israelí en Siria si Israel acepta el principio de una retirada de los altos del Golán.