Regreso bajo los focos
Ventura Pérez Mariño hizo una despedida política atronadora y ha hecho una reaparición judicial impactante. Escogió para su despedida el final del debate sobre el estado de la nación, cuando la atención política había quedado centrada en la victoria dialéctica de Felipe González sobre José María Aznar. Ahora, su reaparición pública como magistrado de la Audiencia Nacional está relacionada con una objeción sobre la actuación de otros magistrados -algo infrecuente- en relación con un sumario que instruyó Baltasar Garzón.Pérez Mariño tuvo una polémica trayectoria como portavoz del Grupo Socialista en la Comisión de Justicia e Interior del Congreso. Polémica porque sus opiniones reflejaban en ocasiones su sensibilidad de magistrado más que el talante colectivo del grupo parlamentario socialista respecto a la actuación y los proyectos del Gobierno. Su primer enfrentamiento fue con el entonces ministro del Interior José Luis Corcuera a cuenta de la ley de asilo. Su última disputa fue con el propio presidente del Gobierno, Felipe González, a cuenta de la actitud de éste sobre los GAL y los fondos reservados.
Él aseguró, una y otra vez que permanecería como diputado independiente en un escaño del PSOE mientras fuera eficaz su influencia en asuntos que consideraba cruciales, como la regulación de la objeción de conciencia y de la despenalización del aborto. Pero luego no esperó para marcharse a que el Gobierno presentase la ampliación de esa despenalización del aborto, que los socialistas todavía no han presentado y es casi seguro que no presentarán antes del verano.
Pérez Mariño soltó amarras con el PSOE. No utilizó la diatriba dialéctica de su amigo y compañero Baltasar Garzón cuando hizo lo mismo. Simplemente dio contundencia al hecho, al escoger la fecha que eligió.
Su última aparición pública fue para escuchar en el Club Siglo XXI, la semana pasada, una conferencia del diputado de Izquierda Unida Diego López Garrido.
