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Un precario rival

Bélgica es una incgónita. Ni siquiera el partido del 17 de diembre en Bruselas sirve de guía.Las bajas. Las ausencias dejan a Bélgica en una situación muy precaria. Van Himst ha perdido a hombres clave en todos los departamentos. El portero Preud'homme, elegido como uno de los mejores del Mundial 94, y el centrocampista Van der Elst han renunciado a la selección. El delantero Oliveira ha sido excluido por conflictivo. Los dos defensas centrales, Grun y Albert, son bajas por lesión. Y, por si fuera poco, Enzo Scifo, el catalizador del juego, tampoco puede jugar.

Experiencia. La plantilla belga incluye a sólo siete mundialistas y a cinco de los titulares que formaron ante España hace tres meses en Bruselas. Las edades engañan. Pese a sus 32 años, el portero Bodart carece de rodaje internacional. Sólo el medio punta Degryse supera las 50 selecciones.

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El control. Las novedades belgas pueden ser un arma de doble filo. Bélgica llega con tantas incógnitas que España puede verse obligada a hacer lo que menos le entusiasma: llevar todo el peso e imponer su personalidad. Habrá que someter la improvisada defensa belga a un contínuo interrogatorio, entrando desde la lejanías para confundirle las zonas, asfixiando la salida belga que tiene poco apoyo técnico y descubriendo la inocencia de los jóvenes Genaux y Renier.

El factor Degryse. Ausente Scifo, el belga más clarividente es Degryse, el media-punta del Anderlecht, poseedor de las llaves del contragolpe. El centro -Staelens, Karagiannis, Walem y Schepens- ofrece más industria que creatividad. El balón largo no presenta soluciones ante un rival poco dispuesto a salir de su zona y muy habituado al juego aéreo. Puede dar mejor resultado la tuya-mía por las bandas e incluso puede ser un partido apto para las características de Guerrero.

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