La cumbre contra la pobreza
Veintitrés años han pasado desde que en la ONU se comprometieron los países desarrollados a destinar el 0,7% de su PIB, para que los países empobrecidos, llamados (mal llamados) del Tercer Mundo, pudieran superar la pobreza en 25 años. Sólo unos pocos países nórdicos han cumplido su palabra.Ahora, casi 25 años después, claro está, la pobreza de los países pobres es mucho mayor, y la de los países ricos ha crecido de tal manera que se ha convertido en un gran problema para sus Gobiernos. Hoy, casi 25 años después, los países desarrollados tendrían que destinar el 6,25% de su PIB para paliar la pobreza del Tercer Mundo, y algo más para la suya propia, frutos ambas de un mismo problema económico-social basado en las relaciones económicas mundiales.
Con la experiencia del acuerdo del 0,7% de 1972, ¿quién podía tener fe en la cumbre de Copenhague? Con estas buenas y rotundas palabras abría esa cumbre el señor Butros-Gali: "Tenernos la imperiosa obligación de reflexionar sobre un nuevo proyecto de vida colectiva. Debemos afirmar solemnemente la necesidad de inscribir el desarrollo social entre las necesidades absolutas de la comunidad internacional. Debemos proteger al individuo, favorecer la integración social y asegurar la paz social... Pero se requiere tiempo. Y al igual que para hacer una carrera se necesitan cinco años, para solucionar problemas tan grandes como el de la pobreza, el desarrollo más equitativo o el desarme no son suficientes unos cuantos meses".
Señor Butros-Gali, le agradezco sus esfuerzos, su ímpetu y sus ganas de persuadir a los gobernantes del mundo, pero si ni la reflexión de hace 23 años, ni el expolio desde hace más de 500 años que sufre el Tercer Mundo por Occidente, ni las "425.000 personas más que vivirán en la cárcel de la pobreza, al finalizar la cumbre" -como dijo James Speth también en la inauguración- son tiempo ni razones para tomar medidas, si todo ello no es suficiente para un compromiso verdadero, me parece acertado pensar que el título académico obtenido por los ilustres mandatarios en la cumbre mundial contra la pobreza es el de máster en hipocresia.
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