Un magrebí denuncia por agresiones a empleados de Joy
Bouchaib Rouvis, marroquí de 27 años, denunció en la noche de ayer haber sido agredido salvajemente, junto a su compatriota Jalid, de 25, portres empleados -dos guardacoches y un portero- de la discoteca madrileña Joy Eslava. Rouvís manifestó que les atacaron simplemente por querer entrar a la sala. "Me pegaron por mi color", señaló ayer a este periódico.
Según el relato del denunciante, ambos amigos acudieron a las tres de la madrugada del domingo al céntrico local, ubicado en la calle del Arenal. Les impidieron entrar. Al pedir explicaciones, se desató una discusión. "Me marché a llamar a la policía y, al volver, vinieron tres y nos comenzaron a pegar brutalmente. Incluso emplearon una porra. Nos rompieron la nariz", indicó Rouvis.
Un testigo de la trifulca corroboró la versión del magrebí y manifestó que los agresores, tras propinar la paliza, ante la presión de la gente que se agolpaba en los alrededores, huyeron a la carrera por el callejón de San Ginés. Conducían un Opel con matrícula de Madrid. Este testigo describió el ataque como una "severa paliza" y manifestó que creía que los agresores trabajaban en la discoteca madrileña.
Según la versión facilitada por la tarde por la Policía Nacional, los dos magrebíes fueron expulsados de la puerta de la sala tras pelearse con varias personas. Luego, y tras ser atendidos por heridas leves en el hospital Clínico y en un ambulatorio de la zona, se marcharon sin presentar denuncia.
Según Juan del Campo, director de la discoteca Joy Eslava, los porteros impidieron el acceso a los inmigrantes debido a que tenían evidentes signos de intoxicación etílica. ''Se pusieron pesados y provocaron a la gente con la intención de armar la bronca. Nosotros intentamos guardar la calma, como es nuestro estilo, pero ellos mantuvieron una actitud violenta", añadió el director de la sala.
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