_
_
_
_

Diputados rebeldes forman un Parlamento popular y alternativo en Kazajstán

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Un grupo de diputados de Kazajstán decidió ayer formar un Parlamento alternativo, después de que el presidente de esta república centroasiática, Nursultán Nazarbáiev, disolviera el Legislativo el sábado pasado, acatando un dictamen del Tribunal Constitucional del que se desprendía que las elecciones celebradas en marzo de 1994 eran ilegales.Sin embargo, como reconocen los diputados rebeldes que se niegan a entregar su mandato, las resoluciones de la Asamblea creada ayer no tendrán valor jurídico, ya que en ella participarán sólo algo más de 70 de los 177 parlamentarios que formaban el Legislativo disuelto por Nazarbáiev. El lunes habían participado 130 diputados en la sesión que declaró erróneo el fallo del alto tribunal y que pidió el arbitraje de organismos internacionales.

Olzhás Suleiménov, conocido escritor y líder de la oposición, reconoció ayer que las decisiones de este Parlamento popular sólo tendrían carácter político. Suleiménov dijo que no se les habían puesto obstáculos para reunirse en el edificio del Parlamento, pero constató que "ya empiezan a bloquear nuestras acciones". Así, los despachos de varios parlamentarios han sido clausurados', y hoy deberán abandonar las habitaciones de los hoteles y los apartamentos donde vivían los que no tenían piso propio en Almati, la capital kazaja.

El mismo Nazarbáiev explicó que, a pesar de que el Legislativo disuelto era legítimo, todos los acuerdos y leyes que aprobó continúan en vigor y próximamente promulgará el decreto correspondiente. Hasta la celebración de nuevas elecciones parlamentarias, "toda la vida del Estado será regulada por decretos presidenciales que tendrán fuerza de ley". Nazarbáiev subrayó que lo sucedido en Kazajstán no puede compararse con los acontecimientos de octubre de 1993 en Rusia, cuando el presidente ruso, Borís Yeltsin, ordenó cañonear el Sóviet Supremo. "En nuestro caso no se trata de un enfrentamiento entre las dos ramas de poder sino de un conflicto jurídico creado por una serie de actoá de la Comisión Electoral Central que se contradecían con la Constitución", manifestó.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_