Pujol se resiste a que se fije ahora la fecha de las elecciones generales

Convergència Democrática no ha hecho suya la iniciativa de sus socios de Unió de proponer a Gobierno y oposición un calendario electoral pactado para que las legislativas se celebren en el primer trimestre de 1996 y pacificar mientras tanto la vida política. Pujol no rechazó ese calendario, pero opinó que fijar ahora la fecha de las legislativas restaría capacidad de influencia de CiU sobre el Gobierno de Felipe González, indicaron fuentes de la coalición nacionalista. El comité de enlace entre Convergència y Unió acordó ratificarse en el apoyo parlamentario al Gobierno, al menos durante este año.

Unió Democrática acordó el sábado dirigirse al Gobierno y a la oposición para que éstos pacten un adelanto de las elecciones generales al primer trimestre del próximo año, con el argumento de que las reformas estructurales para participar de la unión económica y monetaria requieren un Ejecutivo fuerte que no esté pendiente de las urnas. La oposición debería abstenerse mientras tanto de erosionar al Gobierno para no perjudicar la recuperación económica y hacer posible una presidencia europea eficaz durante el segundo semestre de este año.Algunos dirigentes de Convergència comparten el criterio de los socios democristianos de la coalición, pero ayer se impuso el criterio de Pujol contrario a esa iniciativa. El presidente de la Generalitat argumentó que fijar desde ahora la fecha electoral perjudica la capacidad de influencia de CiU sobre el Gobierno. Josep Antoni Duran Lleida, el líder de Unió, replicó con la reflexión de que, a fin de cuentas, la capacidad de influencia de los nacionalistas acabará el 4 de abril, fecha límite para convocar elecciones legislativas que coincidan con las municipales.

Por mucho que el Gobierno lo haga mal e incumpla sus compromisos, argumentó el democristiano, CiU no lo podrá derribar para no perjudicar la presidencia europea.

El vicesecretario general del PP, Mariano Rajoy, rechazó ayer la propuesta de calendario electoral formulada por Unió: "Todo lo que sean retrasos en la convocatoria de elecciones es un gravísimo error y no estamos dispuestos a ningún entendimiento", declaró. Desde las filas socialistas también hubo rechazo, aunque desde la perspectiva contraria: "Es una propuesta descabellada, porque mina el principio mismo de la estabilidad", dijo Josep María Sala, de la dirección del PSC.

Más receptivo a la propuesta de Unió se mostró ayer el lehendakari José Antonio Ardanza. El presidente vasco, que asistió en la localidad francesa de Montpelier a una reunión del Comité de las Regiones de Europa en la que también estaban los presidentes de Cataluña, Galicia, Castilla-León y Extremadura, recordó que el PNV ya propuso en enero que la necesidad de pactar un calendario político. que culmine en la convocatoria anticipada de elecciones a principios de 1996, como salida a la actual situación "compleja, crispada y de incertidumbre política".

Manuel Fraga y Juan José Lucas, presidentes populares de Galicia y Castilla-León, dijeron también en Montpelier que pactar un calendario electoral para 1996 no es suficiente, sino que la única salida a la actual situación es la convocatoria inmediata de elecciones.