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MUNDIAL DE ATLETISMO EN SALA

Los atletas españoles, al asalto del medallero

El equipo español es una piña. Jamás los atletas se han sentido tan identificados en una idea tan utópica como encabezar un medallero. Pero las posibilidades de conseguirlo crecieron en las últimas horas según se iban confirmando nuevas bajas. Que Christie participara o no -que va a ser que no- al fin y al cabo no les afectaba, pero que Niyomgabo se diera la vuelta en el aeropuerto porque se había presentado sin visado significaba despejar el camino hacia el oro también en la carrera de 3.000 metros. La euforia se ha contagiado a todos los componentes del equipo y se puede hablar de una conjura para mejorar los resultados de Helsinki 94, donde España vivió una apoteosis al ser el país que más medallas ganó en las carreras.

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Hay numerosos ejemplos que ilustran este ambiente inédito en el equipo español. Fermín Cacho ha aceptado la responsabilidad de ser el líder y no acepta otro resultado que no sea la victoria. Y no sólo eso, sino que además se tira el farol: "Es una pena que no participe Niyomgabo, porque si lo hiciera mataría dos pájaros de un tiro, uno el ganarle y otro el establecer el récord del mundo".Niyombago es un atleta de Burundi, de 21 años, que el año pasado causó sensación al realizar la segunda mejor marca mundial de la temporada en 1.500 metros, con 3 minutos 30,66 segundos, es decir, se convertía en un rival de cuidado no sólo para Cacho, sino para el mismo Morceli. Este ya dijo que no iba a competir en Barcelona, pero sí Niyombago, aunque lo iba a hacer en 3.000 metros, por lo cual no complicaría la victoria a Cacho. Pero Fermín se siente tan seguro que lamenta la ausencia de su rival, un atleta que suele correr tan rápido que ganarle supone estar en tiempos de récord, de ahí la referencia de Cacho a la plusmarca.

Pero Niyomgabo no estará en 1.500 metros, ni en 3.000, porque cuando llegó a Barcelona fue retenido en la aduana, junto con una docena de corredores africanos de distintos países, ya que ninguno llevaba visado de entrada. Niyomgabo no aceptó esperar a que se resolvieran los trámites, contrariamente a lo que hicieron los otros atletas, y regresó a Roma en el mismo avión que le había trasladado a España.

La ausencia de Niyomgabo abre la posibilidad de que en, 3.000 metros haya presencia española en el podio, incluso doblete como podría suceder en 1.500 con Cacho y Mateo Cañellas, pues Isaac Viciosa y Anacleto Jiménez están realizando una temporada que les sitúa entre los mejores corredores del mundo.

Y puestos a ganar medallas, también las quieren dos mujeres, Sandra Myers y Maite Zúñiga. La primera ya pertenece a la élite mundial y la segunda se ha preparado para entrar por fin en ella. Es una corredora de 1.500 metros que ha rozado el éxito numerosas veces, que ha sentado grandes precedentes, pero que jamás se ha subido a un podio. Ha estado en dos finales olímpicas, en una de los Mundiales y en otra de los Europeos, todas ellas al aire libre, y en pista cubierta ha sido quinta en unos Mundiales y cuarta, quinta y sexta en unos Europeos. Ahora, con 31 años, en su mejor momento de forma, le ha llegado la hora.

Las ausencias

Myers tiene inalcanzable la victoria, porque la decisión de la rusa Privalova de correr los 400 metros la convierte en favorita. La atleta explicó su cambio de prueba: "Quiero calcular mis posibilidades en los 400 metros, puesto que en ' los 60 y 200 metros un error en la salida es decisivo". Privalova es una de las figuras participantes en los Mundiales así como Sotomayor y Bubka. Éste comentó con respecto a las ausencias de sus compañeros: "Lo interesante es que los atletas puedan decidir por sí mismos sin ningún tipo de presiones, si prefieren reservarse para los Mundiales al aire libre".

Las ausencias acrecientan las posibilidades de éxito de los atletas españoles y ninguno quiere perderse la fiesta. Hasta los seleccionados que residen en Barcelona se han incorporado voluntariamente a la concentración del equipo ' algo a lo que renunciaron durante los JJ OO.

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