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Comienzan las bodas municipales

La alcaldesa de Valencia llegó después de los novios a su primera ceremonia

Esta vez no fueron ni la novia ni el novio los que llegaron tarde a la boda. Fue la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, del Partido Popular, la última en aparecer en la primera ceremonia de matrimonio que iba a oficiar. José Luis y María de los Desamparados, frente a una mesa con la Constitución abierta y el Código Civil, contaban sus últimos minutos de soltería. Durante la espera, José Luis as1guraba que cuando se enteraron de que era la mismísima alcaldesa quien iba a casarles "nos entró un ataque de risa". "Ahora estoy un poco nervioso" admitía el novio. El rito se repitó ayer en otros ayuntamientos españoles.

Ella, que vestía un traje largo de seda salvaje color beis, recordaba que querían casarse por el juzgado. Pero en esas mismas dependencias les sugirieron la posibilidad de contraer matrimonio en el Ayuntamiento. José Luís y María de los Desamparados cambiaron de parecer. Y aseguran haber acertado. "Esto es mucho más bonito y más agradable, a pesar de que la ceremonia sea la misma". Él rito no cambia: tres artículos del Código Civil que la alcaldesa leyó con solemnidad. Una vez cerrados los textos legales, la oficiante Barberá dedicó unas palabras al nuevo matrimonio, más propias de los cargos eclesiásticos que de los civiles. "Para vosotros es un día de ilusión, pero también es un día de responsabilidad" sentenciaba la alcaldesa, quien antes de felicitar a los recién casados aprovechó para recordarles que el vínculo que acababan de estrenar era "un difícil camino de rosas".Tras la ceremonia algunos asistentes coincidían en lo acertado de la posibilidad de casarse por lo municipal. Santiago, hermano del novio, decía que le había gustado tanto la ceremonia que seguramente él no tardaría en casarse por el mismo Procedimiento. Una amiga de la novia comentaba que no. era lo mismo casarse en un palacete como el de Monforte, donde se celebró la ceremonia, que en una fría dependencia judicial. "Lo único que espero es que con el tiempo no estropeen las ceremonias metiendo el Adaggio de Albinoni o cualquier cosa de estas", dijo. "Lo que está muy bien es que sea el propio Ayuntamiento el que ponga la- s flores, lo han dejado todo precioso", comentaba, otra de las invitadas. Las amigas comentaban que les había sorprendido un poco el litúrgico discurso de la alcaldesa, que no se esperaban.

Mientras José Luis y María de los Desamparados se retiraban a los jardines para hacerse las fotos de rigor, y pensaban en el viaje de novios que disfrutarán en Santo Domingo (República Dominicana), otra pareja llegaba a las puertas del palacete para que la alcaldesa repitiera, por segunda y última vez, la ceremonia. La novia, María del Carmen vestía un traje de chaqueta corto de color rosa, el novio, Pedro Esteban, llevaba unos vaqueros de color negro.

La segunda pareja de ayer, más relajada que la primera, tuvo como testigos excepcionales a sus dos hijas, la menor de « ellas de apenas un año. Mari Carmen y Pedro decidieron casarse por lo civil hace menos de un mes después de seis años de convivencia. Y mientras Rita Barberá repetía el sermón de lo duro que es compartir una vida en común a Pedro y a Mari Carmen, en la calle esperaban los últimos contrayentes del día, María del Carmen y Javier.

Quien no pudo esperar en la calle fue el oficiante de la ceremonia, el primer Teniente de Alcalde del Ayuntamiento, Társilo Piles, de, Unión Valenciana, que aseguraba que estaba "mucho más nervioso que los novios". Además del nerviosismo, el edil admitía que estaba "encantado" porque conocía bien a la novia.

"Cuando Mari Carmen se enteró de que a partir de esta semana podíamos casar los miembros del Ayuntamiento, se apresuró a subir a mi despacho para pedirme que fuera yo el que oficiara la ceremonia", explicó Piles.

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