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La ONU se repliega

La Organización de las Naciones Unidas pasa por uno de los peores nomentos de sus 50 años de historia

Antonio Caño

La ONU no gasta en tratar de imponer la paz en el mundo mucho más de lo que el departamento de policía gasta en imponer el orden en la ciudad de Nueva York. A pesar de eso, EE UU quiere reducir su contribución a los cascos azules, y otros países poderosos retrasan sus pagos a, la -organización. Al cumplirse exactamente el 500 aniversario de su fundación, nadie parece tener interés en salvar a la ONU, que atraviesa por uno de los peores momentos de su historia: sin recursos suficientes, sin una misión clara que cumplir y sin- un liderazgo convincente.La vergonzante retirada de Somalia, dejando a ese país condenado a su suerte, es el testimonio más dramático de la crisis actual.. Esta primavera puede comenzar la salida de los cascos azules de Croacia, que no sería más que un preludio de la posterior retirada de Bosnia. A fin de año puede producirse también el abandono del Sáhara Occidental y todavía es una gran incertidumbre la misión en Angola. Todo lo que & razón de ser a la ONU parece desvanecerse, ante la indiferencia de sus miembros.

"Los principios de la 9NU están siendo enterrados por los, mismos que los crearon hace- 50 años", afirma Diego Arria, del Consejo de Relaciones Internacionales. La revolución conservadora de EE UU ha puesto a la ONU en su punto de mira. China y Rusia, concentrados en sus problemas internos, han optado por una actitud pasiva cuando sus intereses no están específicamente en juego. Y los otros dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad, Francia y el Reino Unido, bloquean el acceso a esa categoría de otras naciones más dinámicas e influyentes, como Alemania y Japón.

Los fracasos de las más recientes misiones de paz han borrado los éxitos en Camboya o en Centroamérica. Mientras que otras actuaciones desarrolladas desde hace años -Líbano, India o algunas de las antiguas repúblicas soviéticas- languidecen entre la inoperancia y el olvido. Con ellas se esfuman también las esperanzas nacidas con el final de la guerra fría sobre una ONU convertida en el gran Gobierno del mundo, con autoridad y recursos para proteger la paz y los derechos humanos.

Los principales miembros de la organización han utilizado a la ONU cuando les servía para defender sus intereses -EE UU durante la guerra del Golfo y Haití-, pero la han abandonado cuando no tenía esa utilidad -Bosnia, Sornalia- La renovación prometida en 1992 por la Agenda para la Paz acabó de morir este mes con el voto contrario del Consejo de Seguridad a la creación de una fuerza militar permanente de la ONU para intervenir rápidamente en los conflictos regionales.,

Los'Gobiernos más influyentes buscan hoy una nueva definición de la misión de la ONU, una definición que se aproxima más a la vieja institución decorativa de los años setenta que a la dinámica organización que parecía. ser en los ochenta. "Para lo que sirve la ONU y para lo -que hay que utilizarla es para mediar en los conflictos por las buenas; no sirve para imponer la paz por la fuerza- o para hacer frente a una agresión", opina el embajador de España en la ONU, Juan Antonio Yáñez.

El secretario general, Butros Butros-Gali, enfrentado al mismo tiempo con EE UU y con los Países No Alineados, no ha conseguido compensar con un liderazgo fuerte el desinterés: de los Estados miembros. "Butros-Gali ha tenido la virtud de enemistarse con todos sin que eso sirva para aumentar el prestigio de la institución", considera un experto.

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El secretario general soporta ahora mismo las críticas de los países árabes por la actuación de los cascos azules en Bosnia, de los africanos por los fracasos en Angola y el Sáhara, y, sobre todo, de EE UU, que lo han tomado como chivo expiatorio sobre el que descargar errores de su propia política exterior.

Pese a ello y pese a sus 72 años de edad, Butros-Gali está dispuesto a presentarse el año próximo a la reelección para un nuevo mandato de cinco años. De hecho, contrató el pasado mes de enero a un veterano periodista norteamericano al que ha sentado a su lado como asesor de imagen para ganar popularidad.

Butros-Gali y la ONU son para la actual mayoría republicana del Congreso norteamericano el símbolo de la política globalista que, según ellos, ha actuado en detrimento de la seguridad y el prestigio de EE UU en el

undo. "Los republicanos ven.: la ONU, a nivel internacional, como el Estado burocratizado que ellos tratan de desmontar a nivel nacional", afirma un experimentado funcionario de Naciones Unidas. "La ONU", añade la misma fuente, "es para ellos un instrumento de élites izquierdistas en el que no vale la pena gastar el dinero del contribuyente".

La Cámara de Representantes aprobó hace 15 días una ley para reducir la contribución de Estados Unidos al presupuesto de las fuerzas de paz de la ONU del 3 1 % actual al 20%. Esa ley exige, además, descontar de la aportación norteamericana el dinero que este país gasta voluntariamente en algunas misiones.

,Si ese proyecto es ratificado por el Senado, es probable que después sea vetado por el presidente Bill Clinton, que esta misma semana prometió "hacer todo lo posible para que EE UU siga implicado en las operaciones de paz de la ONU". Pero, aunque esa ley no entre en vigor,

UU ya decidió el año pasado, con aprobación de ambas Cámaras y de la Casa Blanca, otra legislación que obliga a la reducción de su contribución a los cascos azules al 25% a partir del próximo 1 de octubre. La VE 'y otros importantes contribuyentes a la organización, como Canadá y los países nórdicos, advierten que incluso esta segunda y menos drástica reducción abriría una crisis de graves consecuencias dentro de la ONU.

."Si los recursos actuales son reducidos, los esfuerzos- de la ONU, que ya hace mucho con lo poco que tiene, se verían severamente obstaculizados", a&ierte el vicesecretario general para las operaciones de mantenimiento de la paz, Kofi Annan.

El presidente del Comité de Relaciones. Exteriores del Senado, Jesse Helms, llama a la ONU "la cruz con la que cargan millones de nortearnericanos". Y Robert Dole, el candidato republicano mejor situado para llegar a la Casa Blanca, dice que el presupuesto de las fuerzas de paz "está fuera de control" y ha prometido sumar se a los esfuerzos de la Cámara de Representantes.

En opinión de un alto funcionario de Naciones Unidas, "este debate es una cortina de humo para esconder un debate ideológico dentro de EE UU". La realidad es que la ONU gastaron el año pasado en operaciones de paz en todo el mundo 3.500 millones de dólares, cuando los países miembros dedican a sus presupuestos militares

una cifra, al menos, 300 veces mayor.

A pesar de la modestia de la cifra, la mayoría de los países son morosos en sus pagos, empezando por el propio Estados Unidos, que debe más de 500 millones de dólares al presupuesto general y otro tanto al presupuesto de las fuerzas de paz. Rusia tiene acumulada una deuda de años anteriores a las operaciones de paz de 477 millones de dólares, y aún no ha pagado los 84 millones que le corresponden del presente ejercicio.

Pero tampoco Japón, Alemania o Francia están al día en sus pagos a la ONU. Solo Suecia, Australia, Holanda, Canadá y el Reino Unido, entre los 15 principales contribuyentes, no tienen acumuladas deudas de años anteriores, aunque todavía no han pagado su parte de 1995. España -el noveno contribuyente- debe todavía tres millones de dólares de ejercicios pasados, más los 22 millones que le corresponden del actual.

Falta de fe

La demora en los pagos a las fuerzas de paz de NacionesUnidas es una manifestación más de la falta de fe en la organización internacional, que tratará de redefinir su papel en una multitudinaria cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará, en Nueva York el próximo mes de octubre con ocasión del 500 aniversario de su creación, y, antes, en una reunión preparatoria el próximo mes de junio en San Francisco, la ciudad en la que nació la entonces Sociedad de Naciones.

Fred Ezkhard, portavoz de las operaciones de fuerzas de paz de Naciones Unidas, asegura que la organización superará su crisis actual como ha superado otras anteriores. "En ausencia del apoyo de Estados Unidos, otros países miembros llevarán este proceso hacia adelante" afirma el citado portavoz.

Un informe del Worldwatch Institute, una prestigiosa firma de análisis político con base en Washington, propone la modificación de la Carta fundacional de Naciones Unidas para, potenciar el papel del secretario general de la organización y hacer a la ONU más operativa en la solución de los conflictos internacionales.

"Si la comunidad internacional" advierte el informe, no equipa a Naciones Unidas para que puedan hacer frente a cualquier conflicto, por remoto que sea, no estarán preparadas en los casos en que una mayoría de países vean sus intereses de seguridad clara mente amenazados".

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