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FIN DE UNA HUIDA

Serra y Corcuera se convierten en los primeros 'amenazados' por las explicaciones del detenido

Carlos Yárnoz

"Si detienen a Roldán, habrá seis o siete prófugos en lugar de uno solo". Desde el 29 de abril, fecha de la huida, esa frase ha sido citada una y otra vez por personas del entorno del fugado. La bomba ambulante de información en la que se convirtió Roldán suponía una clara amenaza para destacados personajes que habían colaborado con él en sus negocios o en turbias operaciones políticas. Hoy Roldán ya está en España. Algunos de los amenazados por esa bomba se encuentran en prisión. Otros ni siquiera han sido tocados aún por la justicia. Ahora es probable que sean llamados ante los jueces. En la primera fila, el vicepresidente Narcís Serra y el ex ministro de Interior José Luis Corcuera.

Con su decisión de huir, Luis Roldán cometió dos errores. El primero, contra él mismo. El día de su fuga, policía y jueces disponían de escasos indicios de delitos. En el peor de los casos, según le transmitieron fuentes autorizadas, podría ser acusado de un delito fiscal. Al huir, sin embargo, provocó la puesta en marcha de una tremenda maquinaria investigadora que destapó sus cuentas en Suiza, la documentación de supuestas comisiones de constructoras, conexiones comerciales con Julián Sancristóbal y Francisco Paesa.El segundo error grave lo cometió igualmente contra él mismo, pero también contra vanos de sus superiores y compañeros de Gobierno. Así, contó al periódico El Mundo, y hasta dejó escrito de su puño y letra, que Serra había encargado un informe pagado con fondos reservados sobre la vida y milagros de Mario Conde; que Corcuera había autorizado que los altos cargos de Interior se repartieran parte de los fondos reservados, y que la diferencia entre él y Rafael Vera estaría en "la cantidad o en el testaferro".

"¿Va a cantar ahora el pájaro?" Es la pregunta del millón. Pero, cante o no cante, existen ya datos sobre los que tendrá que explayarse. Y es que ayer cayó por su peso el escudo usado hasta ahora por todos los señalados con el dedo por Roldán: "¿Qué credibilidad puede tener la palabra de un prófugo?" El prófugo ya no es tal y se encuentra a disposición de la justicia.

Éstas son las principales personas que pueden sentirse afectadas negativamente por la aparición de Roldán:

Narcís Serra: Roldán aseguró, según El Mundo, que Serra le ordenó en 1992 que realizara una investigación sobre Mario Conde, entonces presidente de Banesto. El trabajo, dijo, lo efectuó la agencia Kroll y se pagaron por el mismo cien millones de pesetas de fondos reservados. Serra, de acuerdo con fuentes próximas a él consultadas ayer mismo, se muestra relativamente tranquilo por dos razones. En primer lugar, cree que nunca podrán demostrarse las afirmaciones de Roldán. En segundo lugar, siempre podrá echar mano de otro escudo: si se investigó a Conde, el encargo estuvo bien hecho como se demostró después al ser encarcelado por orden judicial.

José Luis Corcuera: Roldán dejó escritas varias cartas en las que afirmaba que, en una cena mantenida en enero de 1990 en las proximidades de Madrid por los principales responsables de Interior, Corcuera bendijo que cada uno de ellos se quedara con 125 millones de pesetas de los fondos reservados en concepto de "indemnización" por los años pasados en el ministerio. "Ahora querrá demostrar que todo su patrimonio procedía de esos sobresueldos, pero...", comentaron ayer fuentes cercanas al ex ministro.

Rafael Vera: "Vera ha hecho exactamente lo mismo que yo, en comisiones o en sobresueldos". Ésa fue una de las frases en la que insistió Roldán antes de huir. Vera, hoy en la cárcel como imputado en el sumario de los GAL, ha negado siempre tales acusaciones.

Jorge Esparza y Julián Sancristóbal: Ambos son amigos de Roldán, aunque del primero llegó a desconfiar semanas antes de su fuga. Entre ellos no se han cruzado ataques. Ninguno ha desvelado el más mínimo dato sobre las sospechas en las que se han visto envueltos: comisiones ilegales por obras y por compras de material para la Guardia Civil.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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